8.1.
EL IMPERIO DE CARLOS V. CONFLICTOS INTERNOS: COMUNIDADES Y GERMANÍAS.
Carlos
I de Castilla y V de Alemania – primogénito de Juana y Felipe el
Hermoso nacido y criado en Flandes – fue monarca de gran parte de
Europa y su política exterior se vio condicionada por su idea
imperial y por los territorios que heredó:
De
Felipe el Hermoso heredó los Paises Bajos, Luxemburgo, Artois,
Franco- Condado, Borgoña y Charlerois.
De
Fernando el Católico (abuelo materno) heredó las coronas de
Castilla y Aragón
De
Maximiliano I, emperador de Alemania (abuelo paterno) heredó los
territorios de la Casa de Habsburgo, la soberanía sobre el norte de
Italia y el derecho a ser propuesto para la corona del Imperio Romano
Germánico – que obtuvo en 1519.
Carlos
V quiso restaurar el imperio cristiano (Universitas
Christiana)
y que el emperador fuese rey de reyes, no subordinado al Papa.
Carlos
de Habsburgo (Carlos V) ascendió
al trono de Castilla y Aragón en 1516 a la muerte de Fernando el
Católico, sustituyendo los Habsburgo a los Trastámara españoles.
Tomó posesión del trono en 1517; fue elegido emperador del Imperio
Romano Germánico en 1519 por lo que abandonó Castilla con destino a
Alemania, nombrando regente a Adriano de Utrech. Se enfrentó a
Francia por la hegemonía en Europa, a los luteranos por la unidad
cristiana y a los turcos en defensa de la cristiandad.
Carlos
V tuvo que hacer frente a dos
conflictos internos:
La
rebelión de las Comunidades de Castilla (1520-1521).
En febrero de 1520 se produjo el levantamiento en Castilla de los
comuneros Padilla, Bravo y Maldonado. En julio se constituyó la
Junta Santa de Ávila, que pidió a Carlos V su regreso a Castilla,
la exclusión de extranjeros de cargos políticos, más protagonismo
de las Cortes, reducción de gastos e impuestos y limitación de las
exportaciones de lana. Los comuneros sería finalmente derrotados en
Villalar en 1521.
Las
Germanías (1519-1524).
Se desarrollaron en Valencia, Murcia y Mallorca. Tenían como
principales motivos la crisis económica y el descontento de
artesanos y comerciantes, que querían la reducción de los derechos
de la nobleza. En marzo de 1523 los agermanados fueron reprimidos por
orden de Carlos V.
Las
Comunidades y las Germanías fueron antiseñoriales. Su
aplastamientos significó la alianza de la monarquía y la nobleza y
la marginación de la burguesía.
8.2.
LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE FELIPE II. LA UNIDAD IBÉRICA.
La
política de Felipe II se inspiró en la Contrarreforma católica.
Los dos hechos más relevantes de la política interior de Felipe II
fueron:
La
represión de los moriscos.
Los moriscos de las Alpujarras se rebelaron en 1568 y la rebelión se
controló en 1570. Los moriscos fueron dispersados por Castilla y las
Alpujarras repobladas por cristianos viejos.
Las
alteraciones de Aragón. Fueron provocadas por el caso
Antonio Pérez.
El
objetivo de Felipe II en el ámbito de la política
exterior
fue
mantener la hegemonía y la ortodoxia católica en Europa.
Felipe
II mantuvo guerras
contra:
Francia.
Derrotó
a Francia en Gravelinas y San Quintín en 1557 y firmó la paz de
Cateau- Cambrésis en 1559, que puso fin al enfrentamiento heredado
de su padre.
Los
turcos.
Para frenar se expansión en el Mediterráneo Felipe II organizó una
flota en alianza con Venecia y el Papado que derrotó a los turcos en
Lepanto
en 1571.
Los
rebeldes flamencos.
La rebelión en Flandes se inició en 1566. Las campañas militares
exitosas del duque de Alba no sirvieron para someter a los Países
Bajos, que acabaron divididos en dos: el Norte protestante de la
Unión de Utrecht, de facto independiente, y el Sur católico de la
Unión de Arrás.
Inglaterra.
Isabel
I de Inglaterra apoyó a los protestantes de los Países Bajos y
fomentó la piratería en el Atlántico en contra de Castilla. Felipe
II creó la Armada Invencible para invadir Inglaterra en 1588, pero
naufragó frente a las costas inglesas.
El
imperio de Felipe II
estuvo
formado por : Los territorios que heredó de Carlos V, salvo Austria
y el Imperio Germánico. Incorporó las Filipinas a la Monarquía
hispánica en 1571.
Su
mayor éxito fue la incorporación
de Portugal en
1580. (Unidad
Ibérica). En
1578 murió el rey de Portugal Sebastián I, sucediéndole su tío el
Cardenal-Infante D.Enrique, que murió en 1580. Felipe II hizo valer
sus derechos sucesorios (Su madre fue la portuguesa emperatriz
Isabel) y fue reconocido rey de Portugal en las Cortes de Tomar de
1581, de modo que los reinos peninsulares quedaron unidos bajo un
mismo rey. La unión se hizo respetando las leyes e instituciones
portuguesas y se creó el Consejo de Portugal. Estuvo unido a la
Monarquía hispánica hasta la crisis de 1640.
8.3.
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI: EL MODELO POLÍTICO DE LOS AUSTRIAS. LA
UNIÓN DE REINOS.
La
monarquía de los Habsburgo, hispánica con Felipe II, estaba
constituida por un conjunto de reinos y territorios dispersos, alguno
de ellos con un alto grado de autonomía (Instituciones y leyes
propias) y con escasa relación entre si. Castilla era el territorio
más poblado y rico y ofrecía al rey mayores posibilidades para un
gobierno tendente al absolutismo. Por tanto, el modelo político
establecido por los Austrias era una monarquía multinacional
descentralizada y bajo la primacía de la Corona de Castilla: era la
unión de reinos.
Los
Habsburgo desarrollaron un modelo
consiliar de
gobierno – basado en los Consejos – puesto en marcha por los
Reyes Católicos.
Los
Consejos tenían
dos funciones: elevar informes o consultas al rey y resolver los
asuntos de su competencia. Estos Consejos eran de dos tipos:
Temáticos:
Estado
– representaba el principio de unidad de la Monarquía (AA. EE.).
Hacienda, Inquisición – estaba presente y tenía competencia en
todos los territorios – Órdenes, Cruzada, Guerra y Cámara.
Territoriales:
Castilla – este Consejo estaba por encima del resto y era el
Tribunal Supremo de Justicia – Aragón, Navarra, Flandes y Borgoña,
Italia y Portugal.
Cada
territorio mantuvo sus instituciones,
aunque éstas eran similares en todos ellos:
Virrey
. Suplía
al rey en los territorios no castellanos
Cortes
.
Mantuvieron la mismo estructura y funciones que en la Edad Media. Las
de Navarra y las de la Corona de Aragón eran pactistas.
Chancillerías
.
Tribunales superiores de justicia de cada territorio. Hubo dos :
Valladolid y Granada. Por debajo de las Chancillerías estaban las
Audiencias.
La
administración local se
mantuvo igual que en tiempos de los Reyes Católicos:
En
Castilla
fue
controlada por la oligarquía y los corregidores reales. En la Corona
de Aragón
se
extendió el modelo catalán de la insaculación , que evitó las
disputas por el poder municipal. Los municipios bajo jurisdicción
señorial se rigieron por las leyes de realengo. Sus vasallos podían
apelar a la Audiencia contra las sentencias de los tribunales
señoriales.
En
1561 Felipe II trasladó la capital de España de Valladolid a Madrid
(capital fija desde entonces).
8.4.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI.
ECONOMÍA
Durante
el siglo XVI aumentó la población, siendo más numerosa en Castilla
que en Aragón. A finales de siglo la población era de 8.000.000 de
personas.
El
reinado de Carlos I fue
de crecimiento económico:
Sevilla
se enriqueció con el comercio indiano y los puertos del norte de
España con la exportación de lana a Europa.
Durante
el siglo XVI tuvo lugar la revolución
de los precios
por
el aumento de la demanda y la llegada de metales preciosos de
América.
Los
salarios no subieron al mismo ritmo que las mercancías. Es así como
los propietarios se enriquecieron mientras que las clases populares
se empobrecieron.
Todas
las regiones aumentaron su riqueza, pero no Cataluña, en decadencia
como resultado de la crisis económica de la Baja Edad Media.
Con
Felipe II se
evidenciaron los primeros síntomas de crisis. Los motivos fueron:
• El
coste de las guerras.
• El
endeudamiento de la Corona – que se declaró en bancarrota en
varias ocasiones.
• El
escaso desarrollo de la agricultura y de la industria.
• El
ambiente de lujo y ocio de los más ricos.
SOCIEDAD
En
la sociedad se distinguían los siguientes grupos:
Nobleza.
La
alta nobleza era propietaria de latifundios y estaba asentada en la
Corte; la pequeña nobleza se arruinó por culpa de la inflación.
Como consideraban una deshonra trabajar, ingresaban en el ejército o
emigraban a América.
Clero.
Los
altos cargos de la Iglesia eran ocupados por los segundones de la
nobleza y disponían de buenas rentas. El bajo clero era pobre y
carecía de cultura.
Burguesía.
Era
escasa porque la artesanía y el comercio estuvieron controlados por
extranjeros. Los burgueses optaron por inversiones seguras y la
compra de tierras, vinculándose al comercio y la banca.
Campesinos
y trabajadores urbanos.
Fueron
los más perjudicados por la política fiscal y económica de la
Monarquía . Los campesinos eran la inmensa mayoría de la población
y podían estar sometidos a la jurisdicción del rey, de la nobleza o
de la Iglesia.
8.5.
Cultura y mentalidades en la España del siglo XVI. La Inquisición.
Cultura
y mentalidades.
En
el siglo XVI el Renacimiento llegó a España.
Se debió a la presencia española en Italia. Durante el reinado de
Carlos I se extendió el erasmismo, cuyo principal representante fue
Luis Vives. La Iglesia y la Corona reaccionaron frente a cualquier
manifestación intelectual que defendiera la libertad de pensamiento.
Felipe II en 1559 prohibió a los castellanos estudiar en el
extranjero – excepto en Roma, Bolonia y Coimbra – y la
publicación de libros
peligrosos para
la fe católica. Esto provocó que España se retrasase en el
conocimiento científico, excepto en geografía.
Sin
embargo, algunas
actividades destacables fueron:
Derecho
internacional (Francisco
de Vitoria y Bartolomé de las Casas.) Economía
(Escuela
de Salamanca) Bellas
artes (Juan
de Herrera en arquitectura – el Escorial- , el Greco en pintura –
el
entierro del señor de Orgaz, el caballero de la mano en el pecho –
y la escuela de Valladolid en escultura – Alonso de Berruguete-
retablo de San Benito -)
Literatura
(San
Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús).
En
la sociedad española dominaban los valores aristocráticos y
religiosos, que se basaban en el orgullo del cristiano
viejo y
del hidalgo
que,
aunque empobrecido, despreciaba el trabajo manual, los negocios
mercantiles y consideraban impropio el espíritu de lucro. Esta
mentalidad tuvo un efecto negativo en la economía.
La
Inquisición
La
Iglesia era muy poderosa e inmovilista y controlaba al enseñanza.
Poseía además una sexta parte de las tierras y el número de
clérigos era de unos 100.000.
La
intolerancia religiosa iniciada por los Reyes Católicos se prolongó
y acentuó en el siglo XVI.
La
ortodoxia católica se impuso y recibió el apoyo de la Corona a
través del Consejo
de la Suprema y General Inquisición o Santo Oficio,
única institución común a todos los reinos.
La
Inquisición detenía y juzgaba a los sospechosos de judaizar y de
herejía y, si eran condenados, eran entregados a las autoridades
civiles.
Los
estatutos de
limpieza de sangre se
utilizaron contra los descendientes de judíos conversos y para
ocupar cargos en la Administración, en la Iglesia y en el ejército.
La limpieza de sangre también se aplicó a los moriscos que se
resistieron a ser asimilados.
9.1.
LOS AUSTRIAS DEL SIGLO XVII. GOBIERNO DE VALIDOS Y CONFLICTOS
INTERNOS
Los
reyes del siglo XVII delegaban las labores de gobierno en personas de
su confianza conocidos como validos.
Los
validos actuaron al margen de los órganos de gobierno y algunos
utilizaron el cargo para enriquecerse y favorecer a sus allegados. La
alta nobleza y los letrados , desplazados del poder, encabezaron la
oposición a estos.
Felipe
III (1598-1621).
Tuvo
como valido principal al duque
de Lerma,
quien llevó a cabo una política pacifista motivada por la crisis
económica. El principal conflicto interno durante el reinado de
Felipe III fue la expulsión
de los moriscos (1609).
No se integraban con el resto de la población y existían graves
tensiones con los cristianos viejos. Con ello quería evitar su
posible apoyo a los turcos y a los piratas berberiscos, enemigos de
la monarquía hispánica. Las consecuencias fueron nefastas: se
perdieron 300.000 habitantes (extraordinaria mano de obra (artesanía
y agricultura.) Le sustituyo el duque de Uceda.
Felipe
IV (1621-1666)
Tuvo
como valido al conde-duque
de Olivares, cuya
ambiciosa política de prestigio internacional provocó la crisis de
1640. Felipe IV hubo de afrontar los problemas
de
la Unión
de Armas
(1625), proyecto de la Monarquía unitaria, la Guerra
de los Treinta Años
(1618-1648), así como la rebelión catalana, la independencia de
Portugal y revueltas menores en Vizcaya, Andalucía y Sicilia, a
causa de la presión fiscal y las intrigas de Francia. Los proyectos
de Olivares no pudieron realizarse, y finalmente, fue sustituido por
D. Luis de Haro.
Carlos
II (1666-1700).
Su
juventud, primeramente, (fue coronado rey a los 4 años) y después
su delicada salud complicaron la tarea de gobierno, que fue delegada
a numerosos validos, como su hermanastro, Juan
José de Austria, o
el
jesuita Nithard,
quienes no pudieron evitar la decadencia de la Monarquía hispánica
en la escena internacional. El problema sucesorio de Carlos II
acentuó la inestabilidad política y las conspiraciones por
establecerle un heredero, finalmente por su último valido, el
cardenal Portocarrero, decidio dejar en su testamento a Felipe de
Anjou (nieto de Luis
XIV
de Francia), lo que supuso la llegada de los Borbones a España.
9.2.
LA CRISIS DE 1640.
Las
necesidades financieras creadas por la Guerra
de los Treinta Años
obligaron al Conde-Duque de Olivares a aplazar las reformas y
recurrir a medidas de urgencia que agravaron aún más la crisis
social y económica de España (sobre todo de Castilla). Y en
consecuencia el descontento social y la oposición política a
Olivares se generalizaron:
Los
reinos periféricos ( Portugal, Aragón, Valencia, Cataluña...)
rechazaron las pretensiones unitarias y centralistas de Olivares. La
alta nobleza se quejaba por el escaso protagonismo debido al
autoritarismo del valido. Las clases populares denunciaban su
agotamiento económico por la presión fiscal que sufrían. Los
conflictos y las protestas fueron constantes y se hicieron rebeliones
en todas partes (Vizcaya, Cataluña, Portugal, Andalucía, Nápoles,
Sicilia...)
El
momento más crítico fue el de “1640” por las rebeliones
independentistas de Portugal y Cataluña. Felipe IV cesó al valido
en 1643 pero los problemas aún no habían terminado.
La
rebelión de Cataluña (1640-1652).
La
causa inmediata fueron los desmanes sobre la población del ejército
castellano e italiano en el frente catalán durante la guerra con
Francia. Los enfrentamientos de campesinos catalanes y soldados se
extendieron a Barcelona, donde los rebeldes (vestidos de campesinos
–segadores -) inician un motín y asesinan al virrey. Era la
festividad del C. Christi de ahí el nombre de Corpus de Sangre de
1640. En realidad era una revuelta anticentralista y contra la
política de Olivares. Cataluña nombró conde de Barcelona a Luis
XIII de Francia. Pero la crisis económica, un brote de peste, la
opresión francesa y la guerra provocaron la rendición catalana. Las
tropas de Felipe IV, al mando de su hijo ilegítimo entraron en
Barcelona respetando los fueros. El ejército real estaba mandado por
el hijo natural de Felipe IV don Juan
José de Austria.
Rebelión
e independencia de Portugal (1640-1668 )
La
sociedad portuguesa consideraba que la unión con España le
reportaba más inconvenientes que ventajas. Los enemigos de España
le atacaban y esta era incapaz de defenderlos. La rebelión
portuguesa tuvo, pues, un carácter nobiliario, anticastellano e
independentista. Los portugueses proclaman rey al duque de Braganza
con el nombre de Juan IV. Felipe IV y Olivares habían concentrado su
atención más en la guerra contra Francia y en Cataluña, pensaban
que recuperar a Portugal sería más fácil. No sería así. Con el
apoyo de Francia y de Inglaterra Portugal alcanzaría su
independencia en 1668, bajo el reinado de Carlos II.
9.3.
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII : EL OCASO DEL IMPERIO ESPAÑOL EN EUROPA.
A
lo largo del siglo XVII España perdió su hegemonía en Europa y se
convirtió en una potencia de segundo orden.
Felipe
III,
forzado por la crisis económica, siguió una política pacifista,
conocida como Pax hispánica. Firmó la paz con Inglaterra (Tratado
de Londres, 1604), y la Tregua
de los Doce Años
(1609) con las Provincias Unidas – en la actualidad Paises Bajos -
, que reconocía una gran autonomía política.
Felipe
IV
se vio obligado a participar en la Guerra de los Treinta Años
(1618-1648). Se alió con Austria en defensa del catolicismo frente a
los países protestantes. Francia entró en la guerra para evitar el
triunfo de los Habsburgo, sucediéndose las derrotas españolas (Las
Dunas 1639 y Rocroi
(1643).
La
Paz de Westfalia (1648)
puso fin a la Guerra de los Treinta Años y reconoció la
independencia de las Provincias Unidas. Bélgica –católica –quedó
unida a España.
La
guerra continuó con Francia hasta la firma de la Paz
de los Pirineos (1659).
Por este tratado España cedía el Rosellón y Cerdaña a Francia y
se acordaba la boda de la infanta María Teresa con Luis XIV de
Francia. Lo que propiciaría la futura llegada de los Borbones a
España en el siglo XVIII. Era el declive de la Monarquía española,
la pérdida de la hegemonía a favor de Francia.
Carlos
II.
Durante su reinado España cedió a Francia el Franco Condado y
diversas ciudades fronterizas en los Países Bajos. España, perdida
su hegemonía, pasa a ser potencia de segundo orden. Aunque a la
muerte de Carlos II aun seguía conservando territorios en Europa: La
parte sur de los Países Bajos (la actual Bélgica, el Milanesado,
Nápoles, Sicilia y Cerdeña).
9.4.
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII : EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL.
El
siglo XVII fue una etapa de crisis económica en Europa y en España
(Holanda e Inglaterra no la tuvieron debido a su comercio), debido
entre otras cosas a la Guerra de los 30 años. En los reinos
hispánicos existió también un importante descenso demográfico,
ya que durante de ocho millones de habitantes en 1600; pasó a siete
en 1700). La Expulsión de los moriscos (300.000 personas ), la
emigración a América, y el aumento de la mortalidad, debido a
guerras y epidemias fueron las principales causas.
Durante
el siglo XVII, hasta la década de 1680, España sufrió una gran
crisis económica, que además de lo dicho, tuvo causa principal en
la política exterior, que absorbió los ingresos ordinarios –
metales americanos, impuestos tradicionales - obligando a recurrir a
medidas extraordinarias como el aumento de la presión fiscal o la
devaluación de la moneda.
La
producción agrícola disminuyó por las malas cosechas, favoreciendo
las hambrunas. También disminuyó la ganadería bovina y ovina (La
Mesta). El descenso de la población provocó una caída de la
demanda que afectó también a la artesanía y al comercio. (Crisis
de la industria textil catalana).
Los
prejuicios sociales de las clases adineradas – visión negativa del
trabajo – perjudicaron el desarrollo económico. El comercio estaba
dominado por extranjeros. El atraso tecnológico respecto a Europa
hizo necesario recurrir a importaciones.
Con
la crisis económica aumentó el peso social de los grupos
improductivos – nobles, clérigos, mendigos – frente a los
productivos – campesinos, artesanos, comerciantes.
La
nobleza incrementó la presión fiscal sobre los campesinos. Las
clases populares se empobrecieron notablemente. Muchas personas
ingresaron en la Iglesia para evitar el hambre y el alistamiento
militar. La burguesía siempre fue escasa y con la crisis
prácticamente se extinguio.
9.5.
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII: ESPLENDOR CULTURAL. EL SIGLO DE ORO.
La
crisis política y económica de España en el siglo XVII contrasta
con su esplendor artístico y cultural, conocido como Siglo
de Oro.
A su vez, el esplendor artístico contrasta con la crisis de la
investigación y de la ciencia, que agravó el atraso tecnológico
español. Se debió sobre todo a la rigidez del espíritu
contra-reformista, que provocó también un descenso del número de
estudiantes universitarios. El estilo artístico destacado durante el
siglo XVII fue el Barroco.
Rasgos
generales definitorios de la cultura barroca
Propagandística
de la monarquía y de la Iglesia, de su infalibilidad y de su
derecho divino.
Conservadora
de los valores de la Iglesia y de la monarquía para mantener
inalterable el orden social establecido.
Dirigida
a las masas para captar la voluntad del pueblo a favor de los
poderosos y evitar que su malestar se canalizara hacia la rebelión
o la protesta.
Aparatosa
y emocional. Al dirigirse al pueblo de escasa cultura, el
mensaje debía ser sencillo en su contenido
pero fastuoso en sus formas para impactar y conmover.
El
arte barroco en arquitectura, pintura y escultura, fue principalmente
un arte religioso. La preeminencia de lo religioso se explica no sólo
por la lucha emprendida a favor del catolicismo sino también porque
obedecía a las exigencias de los mecenas, fundamentalmente la
Iglesia, la monarquía y la nobleza, que contrataban los servicios de
los artistas.
La
arquitectura barroca
española floreció especialmente en los edificios religiosos, pero
también en los civiles ( palacios, plazas...) con arquitectos e
ingenieros como Pedro Ribera o la familia Churriguera. La
escultura barroca
en España se caracterizó por el dramatismo y el realismo de las
figuras, con artistas como Gregorio Fernández, Juan Martínez
Montañés, Alonso Cano y Pedro de Mena, maestros de la imaginería
religiosa policromada (hoy muchas de estas obras pasos
procesionales). Este arte fue trasvasado a América donde, al
amalgamarse con las formas autóctonas indígenas, creó un arte
colonial original y de extraordinario valor.
La
pintura alcanzó
su cumbre con genios de la talla de José Ribera, Bartolomé Esteban
Murillo y Francisco Zurbarán que se mueven entre el tenebrismo, el
naturalismo y una profunda espiritualidad. Destaca el más universal
de nuestros pintores del Barroco, Diego
Velázquez,
que trabajó en la corte de Felipe IV. Su pincelada suelta, el
dominio del color y de la luz (se anticipa al impresionismo, y
consigue la perspectiva aérea) y sus complejas composiciones otorgan
a sus cuadros la categoría de obras maestras . De sus inicios
sevillanos destacan sus pinturas de género (el aguador, la vieja
friendo huevos....), de su etapa en la corte (sus retratos: Felipe
IV, el Conde-Duque a caballo, el príncipe Baltasar Carlos, la
infanta Margarita, los retratos de bufones; la rendición de Breda o
las lanzas, las Meninas, Las Hilanderas...) .
Mención
aparte de la
literatura
que
encumbró el castellano como lengua universal (Cervantes, Quevedo,
Góngora, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina).
10.1.
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII : LA GUERRA DE SUCESIÓN Y EL SISTEMA DE
UTRECHT.
La
Guerra de Sucesión se origina por la disputa al trono de España
entre Felipe de Anjou (futuro Felipe V, de la dinastía de los
Borbones ) y el archiduque Carlos de Austria.
En
1700 Carlos II, rey de España, muere sin descendencia y en su
testamento nombra heredero al trono a Felipe de Anjou, nieto de Luis
XIV de Francia. Con ello una España débil quedaba vinculada a la
primera potencia, Francia.
Sin
embargo, el archiduque Carlos de Austria reclama sus derechos al
trono de España.
En
1701 Felipe de Anjou es proclamado rey de España sin renunciar a los
derechos al trono de Francia. Esto suponía un peligro para los
países europeos, porque cabía la posibilidad de la unión de
Francia y España bajo una misma corona.
Los
países europeos se dividen en dos corrientes:
Inglaterra,
Austria, Países Bajos, Prusia, Saboya, Portugal y la Corona de
Aragón, temerosos de la creación de un bloque franco-español,
apoyan al archiduque Carlos.
Francia
y Castilla apoyan a Felipe de Anjou.
Comienza
así, en 1701, la Guerra de Sucesión que fue un conflicto civil en
España (la Corona de Aragón apoya al archiduque Carlos pues les
respetaría su organización política descentralizada – sus fueros
- y un conflicto europeo o guerra internacional.
En
Europa no hubo un vencedor claro. En España fue favorable a Felipe
de Anjou (éxitos de Almansa, Brihuega y Villaviciosa).
La
guerra da un giro en 1711, cuando el archiduque Carlos (a la muerte
del emperador José I) fue elegido emperador sin renunciar al trono
de España. Esto planteaba una amenaza para Europa: la recreación
del antiguo bloque hispano-alemán de Carlos V, por lo que Inglaterra
presionó para que se firmara la paz.
La
paz de Utrecht (1713) (Sistema de Utrecht: política de equilibrio)
La
paz de Utrecht puso fin a la Guerra de Sucesión , con las siguientes
concesiones
por parte de España:
A
favor de Inglaterra:
Gibraltar y Menorca y los privilegios económicos del Navío de
Permiso y el Asiento de Negros en América. Fue la gran beneficiada
de Utrecht, también partidaria de la política de equilibrio entre
los países, y libertad para el dominio de los mares.
A
favor de Austria:
Los Países Bajos (católicos), el Milanesado, Nápoles y Cerdeña.
A
favor de Saboya :
Sicilia. Posteriormente Austria y Saboya se intercambiaron Sicilia y
Cerdeña.
La
paz de Utrecht representó para España la pérdida de todas sus
posesiones en Europa, quedando como entidad política y potencia de
segundo orden, lo que supuso la confirmación de Inglaterra como
nueva primera potencia.
El
absolutismo es
la nueva fórmula política que implanta la nueva dinastía
borbónica; el monarca absoluto constituía la encarnación misma del
Estado: a él pertenecía el territorio y de él emanaban las
instituciones. Su poder era prácticamente ilimitado pues era fuente
de ley, autoridad máxima del gobierno y cabeza de la justicia. Con
esta nueva concepción, los monarcas secundados por consejeros fieles
y competentes, combatieron las pocas limitaciones que aún actuaban
sobre las prerrogativas de la Corona, afanándose por fortalecer el
poder real.
Los
monarcas Borbones del siglo XVIII fueron: Felipe
V (1700-1724;
1724-1746), y sus hijos: Luis
I (muerto
en 1724), Fernando
VI (1746-1759),
Carlos III (1759-1788)
y el hijo de éste y nieto de Felipe V, Carlos
IV (1788-1808).
10.2.
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII: CAMBIO DINÁSTICO. LOS PRIMEROS BORBÓNES.
LOS
PRIMEROS BORBONES
Desde
la perspectiva
de la política interna española, la
Guerra de Sucesión supuso ya el fortalecimiento
de la monarquía absoluta.
La nueva dinastía reinante en España era francesa, así como los
miembros del Gobierno que asesoraron a Felipe V durante la guerra..
Como consecuencia, en España se impuso el modelo del absolutismo
francés.
FELIPE
V (1700-1746) al
principio, empleó validos extranjeros ; tras sus fracasos en la
política exterior los sustituyó por una burocracia
española absolutista y reformista, que,
a su vez, formaron la primera generación de funcionarios
reformistas. En
política interior crea
las secretarias de Estado, precedente de los actuales ministerios. En
política
económica pone
en marcha las primeras manufacturas reales. En política
exterior se
alinea con Francia tras la firma de los primeros Pactos de Familia en
1733 y 1743. Por el Tratado de Viena de 1738, Felipe V obtiene
Nápoles y Sicilia para su hijo el infante don Carlos, futuro Carlos
III.
FERNANDO
VI (1746-1759) tras
la muerte de Felipe V, su hijo y sucesor tampoco intervino en el
Gobierno, sino que dejó actuar a la siguiente generación de
funcionarios reformistas y absolutistas: donde destaca sobretodo, el
marqués de la Ensenada, el político español más importante de la
primera mitad del siglo XVIII.
En
política económica destaca
su proyecto de Catastro de Ensenada: objetivo: sustituir los
impuestos existentes por una única contribución proporcional a la
riqueza . La oposición de los privilegiados , por temor a perder sus
ventajas fiscales, hizo fracasar el proyecto. (solo se aplicó en
Cataluña.). En política
cultural se
fundó la Academia de Bellas Artes de San Fernando (1752).
En
política exterior:
neutralidad frente a Francia e Inglaterra. Concordato en 1753.
Estos
políticos procedían, por lo general, de la baja nobleza y dependían
totalmente del favor del monarca y de sus partidarios en la corte.
Sus
reformas tuvieron como finalidad:
1.
Consolidar el poder absoluto de la monarquía a través de una
política centralizadora.
2.
El control de la Iglesia y el intervensionismo en la economía.
10.3.
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII: REFORMAS EN LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO.
LA MONARQUÍA CENTRALISTA.
La
dinastía de los Borbones, con Felipe V (1700-1746), primer rey de la
misma, introduce nuevas fórmulas políticas e institucionales junto
a importantes reformas respecto a la monarquía anterior de los
Austrias.
La
monarquía absoluta :
Los
Borbones desarrollaron un proceso de fortalecimiento de la monarquía
(absoluta y centralizada). Creían en el origen divino del poder. El
rey debe concentrar todos los poderes del Estado (ejecutivo, judicial
y legislativo). El rey no debe dar cuentas de sus actos. Felipe V se
titula, por primera vez, rey de España . Se introduce la ley sálica.
(exclusión de las mujeres del poder). Centralización del Estado.
(monarquía centralizada)
La
Corona de Aragón (que apoyó al Archiduque Carlos) perdió sus
instituciones propias (fueros y privilegios), mediante los Decretos
de Nueva Planta.
Navarra y las provincias vascas, fieles al rey, mantuvieron sus
fueros. El Gobierno se centralizó extendiéndose las leyes de
Castilla (el reino más extenso y poblado). Las Cortes de Castilla se
convirtieron en Cortes de España, al enviar alli sus diputados las
cortes de Aragón. Pero las Cortes pierden atribuciones en una
monarquía absoluta, se reúnen solo a petición del monarca para
jurar al heredero.
La
administración central
Fue
reorganizada. Se sustituyeron los Consejos, a excepción del de
Castilla, por Secretarias de Despacho (futuros ministerios) :
Hacienda, Marina, Guerra, Justicia, Indias y Estado (política
exterior).Los ministros o secretarios eran nombrados por el rey,
ejercían el gobierno por delegación suya. Fueron los artífices de
las reformas emprendidas en este siglo.
Administración
provincial
Se
consiguió mediante la división del territorio español en
provincias, (se eliminan los virreinatos en la península, pero se
mantienen en América. Esta división provincial es la base de la
actual), cuyo gobierno recaía en un capitán general-que sustituye a
los antiguos virreyes- (autoridad política , militar y judicial),
una Audiencia (tribunal de justicia, presidida por el capitán
general) y el intendente (nuevos funcionarios de inspiración
francesa, con amplios poderes que controlaban y vigilaban a las
autoridades locales así como los intereses de la monarquía y el
desarrollo económico y social de las provincias, recaudaban
impuestos y llevaban la dinamización económica del país. ). Para
el gobierno de las principales ciudades se generalizó la institución
castellana de los corregidores. El rey siempre imponía las normas a
seguir.
Reforma
de la Hacienda
Aunque
con oposición de los estamentos privilegiados. Se creó un fondo
común que reunía los fondos del Estado, era dirigido por el
Ministro de Hacienda. Fue Ensenada quién elaboró un catastro para
inventariar las propiedades y riquezas del país (así cada español
pagaría a Hacienda según su riqueza se aplicó solo en Cataluña).
10.4.
LA PRÁCTICA DEL DESPOTISMO ILUSTRADO : CARLOS III.
Carlos
III (1759-1788) accedió
al trono español al morir su hermanastro Fernando VI sin
descendencia directa. El monarca ya había gobernado en el reino de
Nápoles(1734-1759)
y
había entrado en contacto con las ideas ilustradas.
Lema
del despotismo ilustrado:
Todo para el pueblo pero sin el pueblo. Para llevar adelante su
programa Carlos III contó con una serie de ministros y colaboradores
españoles : Campomanes, Floridablanca, Aranda. Junto a ellos otros
ilustrados como Olavide, Cabarrús, Jovellanos.
El
despotismo ilustrado une la monarquía absoluta a los principios de
la Ilustración. Supone un compromiso entre tradición y reforma. El
rey es depositario exclusivo del poder, pero debe ejercerlo en
beneficio de sus súbditos.
Campos
de actuación del despotismo ilustrado de Carlos III :
Comercio
y transporte :
Con una adecuada red de carreteras. Cae el monopolio del comercio con
América, los diversos puertos pueden comerciar libremente. Se crean
las compañías de navegación. Se establece la libertad en el
comercio de cereales.
Desarrollo
de la industria :
especialmente se ayuda al desarrollo de la industria privada (textil
castellana y catalana ). Se da La Carta
de Hidalguía,
no se pierde el rango de nobleza con el trabajo. La Corona, además,
creó las manufacturas
reales para
suministrar artículos de lujo a los
palacios..vidrios,cerámica,tapices... Moderación de la política
impositiva, con el objetivo de fomentar la producción y limitar el
gasto público. Se creó el Banco de San Carlos, precedente del Banco
de España.
Creación
de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Con el objetivo de fomentar la agricultura, el comercio y la
industria, traducir y publicar libros extranjeros e impulsar la
difusión de las ideas fisiocráticas y liberales.
En
educación:
se inició una reforma de los estudios universitarios y de las
enseñanzas medias. Pero muy especialmente se fundaron escuelas de
artes y oficios, ligadas a conocimientos prácticos y se impulsó la
obligatoriedad de la educación primaria. (enseñanza gratuita,
obligatoria hasta una determinada edad y a cargo del Estado.)
Medidas
de saneamiento y orden público:
tomadas por el ministro Esquilache: limpieza urbana, alcantarillado,
empedrado, alumbrado y prohibición de los juegos de azar y del uso
de armas, así como de utilizar sombreros chambergos y capas largas.
Política
agraria :
como consecuencia de la fisiocracia
(teoría que valoraba la agricultura frente al comercio e industria)
se empieza a atacar el mayorazgo y la concentración de la propiedad;
se dan las primeras desamortizaciones.
Se aumentaron las superficies de cultivo con la Colonización de
Sierra Morena.(Ley Agraria de Campomanes y Expediente sobre la Ley
Agraria : Jovellanos ).El problema de la tierra en España sería
causa de muchos y muy graves problemas posteriormente.
La
nobleza por tanto se subordina a la monarquía; no pierde su poder
económico aunque perjudicados junto al clero pues veían cómo las
reformas ilustradas reducían su poder e influencia, es por lo que
provocaron un gran revuelta popular en Madrid y provincias, el
llamado Motín
de Esquilache.
(1766). Las relaciones con la Iglesia son tensas por la política
regalista de la Corona. Una consecuencia de ello será la expulsión
de los Jesuitas (1776)
por
oponerse a las reformas y el cuarto voto de obediencia al Papa.
10.5
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII : EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR EN
EUROPA.
La
política exterior de los Borbones se basó :
1.
En
la alianza y amistad
con Francia 2.
En
la constante rivalidad
con Inglaterra (que
deseaba controlar América)
Felipe
V (1700-1746) :
No aceptará de buen grado las pérdidas españolas en el tratado de
Utrecht-Rastadt e, impulsado por su segunda esposa Isabel de
Farnesio, intentará recupera la influencia en Italia. Para ello
buscará la alianza con Francia (Pactos
de Familia
–firmará los dos primeros) e intervendrá en varias guerras
europeas, mediante las que conseguirá el reino de Nápoles para su
hijo Carlos (futuro Carlos III) en 1734 y los ducados de Parma,
Plasencia y Guastalla para el infante Felipe.
Fernando
VI (1746-1759) : Su
reinado supuso una época
de neutralidad en
política exterior. Triunfaron las ideas pacifistas. Neutralidad no
significaba debilidad. Fernando VI construyó una poderosa flota de
guerra (conjuntamente con el ejército) para proteger los intereses
españoles en América, cuya administración se mejoró, lo
mismo que las comunicaciones. También se dedicó a la recuperación
interna de España. Dirigió la política exterior , el
Marqués de la Ensenada
(francófilo) y don José
de Carvajal y Láncaster
(partidario de la alianza inglesa) ambas tendencias se neutralizaron.
Carlos
III (1759-1788) : La
alianza con Francia y la rivalidad con Inglaterra dominan su reinado.
Firma
el tercer pacto de Familia con Francia
que
nos obliga a participar en la guerra
de los Siete Años (1756-1763), para
proteger los intereses españoles en América contra Inglaterra y
Portugal. La paz de París (1763) supuso para España la pérdida de
la península de La Florida y la colonia de Sacramento
y
para Francia la de todos sus territorios en América. La
guerra de independencia de los USA tiene
a España y Francia a su lado y contra Inglaterra. Por
la paz de París (1783) España
recupera La Florida, Menorca , pero no así Gibraltar.
Carlos
IV (1788-1808)
: Llega al trono un año después de estallar la revolución
francesa. Su reinado se caracteriza por las dudas y vacilaciones,
sobre todo en política exterior.
Abandonó
los asuntos de Estado en manos del ambicioso Manuel
Godoy.
Tras ser decapitado
Luis XVI, su
primo, rompe el pacto con la Francia revolucionaria y junto a
Inglaterra y otros países europeos participa en la guerra de La
Convención (1793-95). Por la Paz de Basilea los franceses abandonan
España y ésta cede a Francia la parte oriental de Santo Domingo
(hoy Haití). Posteriormente, la eterna rivalidad con Inglaterra,
obliga a Godoy, a rehacer la alianza con el Directorio (etapa
moderada de la revolución) y posteriormente con Napoleón
(Tratado
de San Ildefonso 1796 ).
Esta alianza conduce a la derrota
de
la armada hispano francesa en Trafalgar-1805-
frente
a la británica, y permite la entrada y ocupación de España por las
tropas napoleónicas en 1808
bajo pretexto de ocupar Portugal.
(tratado de Fontainebleau 1807 ).
10.6.
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII: LA POLÍTICA BORBÓNICA EN AMÉRICA.
A
principios del siglo XVIII, después de haber perdido sus posesiones
europeas – según el Tratado de Utrecht -, España concentró todos
sus esfuerzos en el control territorial de América, que le permitía
aumentar el comercio para regenerar la economía.
El
principal obstáculo
para
el desarrollo del comercio y las manufacturas españolas era
Inglaterra,
por
dos motivos: su expansionismo en América, que amenazaba la
integridad del Imperio y el Navío de Permiso, que encubría un
aumento del contrabando comercial.
Para
hacer frente a este problema, los Borbones tomaron las siguientes
medidas:
Creación
de una marina comercial y de guerra. Firma con Francia de los Pactos
de Familia. Establecimiento de la libertad comercial, que
permitía comerciar con América a cualquier
español
desde cualquier puerto – Decreto de libre comercio - , 1765. Como
consecuencia, América atravesó un período
de prosperidad,
que se relejó en varios aspectos:
Espectacular
crecimiento de la población , que pasó de 11 a 16 millones de
habitantes.
Incremento
del tráfico mercantil con España: importación de manufacturas
y exportación de materias primas – solo disminuyó la llegada de
metales preciosos por el agotamiento de las minas.
Desarrollo
intelectual
– creación de universidades , viajes científicos.
Sin
embargo, a finales
de siglo XVIII nos encontramos con un periodo
de crisis por
las siguientes causas:
Hundimiento
del comercio con América debido a la incapacidad de España
para abastecer a este continente: primero por el bloqueo de
Inglaterra a causa de la alianza de España con la Francia de
Napoleón y, después, por la invasión francesa y la Guerra de la
Independencia.
Insatisfacción
de los criollos con la política de los Borbones por :
Mantenimiento
del monopolio comercial: tenían que vender sus materias primas
a la metrópoli a bajo precio, comprándole las manufacturas a un
alto coste y no podían desarrollar las suyas propias.
Incremento
del control del gobierno colonial: la Corona limitó al
autonomía e influencia política de los criollos nombrando
directamente los altos cargos y creando nuevas intendencias –
Caracas, Río de la Plata, Perú, México.
Otras
novedades introducidas por los Borbones:
Consejo
de Indias pierde competencias a favor de la Secretaría de Indias.
Casa de la Contratación se disuelve desaparecido el monopolio
comercial. Nuevos virreinatos (Nueva Granada y Río de la Plata).
Creación de un ejército regular americano.
Creación
de los visitadores (inspectores reales ) y los juicios de residencia.
Creación
de compañías privilegiadas comerciales y monopolísticas: Compañía
Guipuzcoana de Caracas (monopolio de comercio en Venezuela )
10.7
LA ILUSTRACIÓN EN ESPAÑA
Hasta
fines del siglo XVII la religión había sido la base del
pensamiento; se imponen en el siglo XVIII el
racionalismo (Descartes)
y
el método científico (Newton)
como teorías predominantes: los fundamentos de la Ilustración,
filosofía que se desarrolla durante el siglo XVIII, llamado también
siglo de las “luces o de la razón”. Las
ideas principales de la Ilustración son
las siguientes:
La
razón es la base del conocimiento.
El
hombre debe aspirar a la felicidad, que se alcanza por le bienestar
material y la libertad.
La
sociedad debe encaminarse hacia el progreso indefinido, fruto de la
educación y el desarrollo económico.
El
pensamiento ilustrado se manifiesta en teorías económicas y
políticas.
La
Ilustración en España
La
introducción y difusión de las nuevas ideas ilustradas en España
fue lenta y difícil. La ausencia de amplios grupos burgueses, el
anquilosamiento y conservadurismo de los medios intelectuales
universitarios y el enorme peso de la Iglesia obstaculizaron la
difusión hasta la segunda mitad del siglo XVIII. A partir de
1750-1760 surgió un generación de pensadores (cuyos nombres se han
citado con Carlos III, y abajo en este mismo tema) . No formaban un
grupo homogéneo, pero coincidían en el interés por la ciencia, el
espíritu crítico y la idea de progreso. Aunque con varios decenios
de retraso respecto a algunos países europeos, en esencia se
expandieron los mismos principios y se intentaron parecidas reformas.
Las
ideas de la Ilustración calaron en una minoría de intelectuales
españoles pertenecientes a la baja nobleza y a la burguesía. El
principal obstáculo a su difusión fue el fanatismo religioso y el
temor a la Inquisición. La preocupación básica de los ilustrados
era encontrar
soluciones a la decadencia española. Para ello propugnaban:
Una
reforma del sistema educativo,
primando el estudio de las ciencias, para lograr un progreso técnico
y científico. Eje sobre el que debía sustentarse el cambio social.
Para conseguir ese objetivo los ilustrados se enfrentaron a los
estamentos privilegiados y defendieron la necesidad de una enseñanza
útil y práctica, obligatoria para todos los niveles, común a los
dos sexos, impregnada por los nuevos conocimientos y relacionada con
el extranjero. Era la educación un objetivo prioritario
Una
modernización de la economía.
Preocupación
básica. Todos ellos eran conscientes del atraso del país que
provenía de la gran cantidad de tierras amortizadas en manos de la
nobleza y el clero y del desconocimiento de las nuevas técnicas e
inventos, aplicados ya en Inglaterra y en Holanda para desarrollar la
industria.
Una
crítica a los estamentos privilegiados,
por considerarlos clases improductivas, que paralizaban la
modernización de España
Un
desarrollo de las actividades económicas fomentado
por las “Sociedades económicas de amigos del País”. La
prensa,
que nació en el siglo XVIII (El Pensador), y las tertulias de salón
donde se reunían las personas cultas y en las que intercambiaban
experiencias y noticias
Los
ilustrados llegaron al poder en el reinado de Fernando VI y Carlos
III y desplegaron una amplia política reformista. Constituían una
minoría dentro del panorama español, pero de gran influencia y
poder, destacando entre ellos el padre Feijoo, el padre Flórez y los
políticos Campomanes, Floridablanca, Jovellanos, Olavide, Aranda. El
naturalista Celestino Mutis, el químico Antonio Ulloa, el literato
Leandro Fernández de Moratín.
Se
impulsaron , bajo patronato real, las expediciones científicas y la
creación de Academias – de la Lengua, de la Historia, de Bellas
Artes.