miércoles, 18 de diciembre de 2013

1ª evaluación (En rojo lo más importante, en algunas cuestiones he decidido no resumir más, así pues está totalmente en rojo)

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2.1 El proceso de hominización en la Península Ibérica: nuevos hallazgos.

Los recientes hallazgos arqueológicos en la Península Ibérica, concretamente en la Sierra de Atapuerca (Burgos), han puesto al descubierto un conjunto de restos de seres humanos que vivieron hace aproximadamente 800.000 años, y que han sido aceptados, por la comunidad científica, como una nueva especie a la que han llamado Homo antecessor (explorador), y que proviene de un antepasado emigrado desde África, probablemente el Homo Ergaster.

También en el yacimiento de Atapuerca se han encontrado individuos pertenecientes al Homo Heildelbergensis, con una antigüedad de 350.000 años. De su sucesor, el Homo neanderthalensis, se han encontrado estos de 45.000 a 35.000 años de antigüedad, en El Sidrón (Asturias), Sima de las Palomas (Murcia), Cova Negra (Valencia), Banyoles (Girona), entre otras. La llegada a Europa del Homo Sapiens tuvo lugar hace unos 40.000 años, también desde África.

Durante todo el Paleolítico, los pobladores peninsulares eran depredadores y su supervivencia se basaba en la caza, la pesca y la recolección de frutos. Eran nómadas, ya que se desplazaban siguiendo a los rebaños de animales o buscando condiciones o buscando unas condiciones climáticas favorables. Presentaban una organización social colectiva y vivían en pequeños grupos, sin una clara jerarquización social.

Las pueblos pre-romanos. Colonizaciones: fenicios, griegos y cartagineses.

Desde los inicios del primer milenio hasta la conquista romana, en la Península Ibérica se fueron configurando dos zonas culturales diferentes. En las costas este y sur se situaban los íberos, muy influenciados por el contacto de las colonizaciones púnica y griega; y en el resto de la península se situaban los celtas, los cuales se vieron afectados por las migraciones indoeuropeas.

Los pueblos celtas tenían una economía autsuficiente, basada en la ganadería y la agricultura, con un comercio muy escaso. No obstante, dominaban la cerámica y la metalurgia del hierro y del bronce. Su organización social era tribal y no conocían la escritura.

Por su parte, los pueblos íberos tenían una economía más diversificada debido fundamentalmente al intercambio comercial con fenicios, griegos y cartagineses. Conocían la escritura y su organización social se basaba en la tribu, aunque con cierta jerarquía social (aristocracia guerrera, etc.). El pueblo íbero que más se desarrolló en este aspecto fue Tartessos, en el cual se llegó a instaurar una monarquía hereditaria que controló un amplio territorio.

Los pueblos colonizadores fundaron colonias por toda la costa mediterránea penínsular desde donde establecían contactos comerciales y culturales con los íberos. Estas colonizaciones fueron iniciadas por los fenicios, que eran originarios de Palestina, los cuales fundaron ciuadades como Gadir (Cadiz) o Malaca (Málaga). Los griegos también fundaron ciudades como Emporion (Ampurias) o Rhode (Rosas). Los cartagineses eran originarios de una antigua colonia fenicia, llamada Cartago (actual Túnez), y al conquistar Alejandro Magno las tierras fenicias de Palestina (332 a.C.), ellos tomaron el relevo de su antigüa metropolí en el Mediterráneo, y en la Península Ibérica fundaron por ejemplo Cartago Nova (actualmente Cartagena), su presencia duró hasta su derrota en la 2ª Guerra Púnica.

2.3. Conquista y romanización: La pervivencia del legado cultural romano en la cultura
hispánica.

La conquista de la Península Ibérica se realizó en diversas etapas:

La 1ª etapa (218-197 a.C.) se produjo dentro del escenario general de la 2ª guerra púnica entre Roma y Cartago. Finalmente, los romanos consiguieron expulsar a los cartagineses y dominar la costa mediterránea y el sur peninsular.

La 2ª etapa (197-133 a.C.) se centró en la Meseta, cabe destacar la feroz resistencia de lusitanos (Viriato) y celtíberos (Numancia).

La 3ª etapa (29-19 a.C.) se centró en la cornisa cantábrica cuando se sometieron las belicosas tribus de cántabros y astures, con lo que se dió por finalizada la conquista de la Península.

La península ibérica fue uno de los territorios más romanizados del Imperio ya que fundaron numerosas ciudades (Caesaraugusta, Emerita Augusta, etc.) conectadas por una excelente red de calzadas (Vía de la Plata, Vía Augusta, etc.) y dotadas de unas infrastructuras públicas de gran calidad (acueductos, puentes, foros, templos, etc.). Además, todas las lenguas penínsulares excepto el vasco descienden del latín y el derecho romano todavía se estudia en nuestras universidades. También hay un legado más intangible como las aportaciones que realizaron en agricultura, navegación, artesanía, e incluso en la administración pública, ya que fueron los primeros en dividir la Península en provincias.

2.4. Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: Instituciones y cultura.

Los pueblos germánicos invadieron e hicieron desaparecer el Imperio Romano de Occidente en el 476 d.C., y en su lugar se formaron una gran cantidad de reinos independientes. Algunas invasiones bárbaras las ciudades romanas supuso una ruralización de la sociedad hispana y una caída del comercio.

A Hispania, llegaron los visigodos después de haber sido autorizados por el Imperio Romano para asentarse en el sur de la Galia para frenar las invasiones de los pueblos bárbaros que asolaron Hispania en el 409 d.C. No obstante después de la caída de Roma, el pueblo de los Francos obligó a los visigodos trasladarse a la Península Ibérica. En poco menos de un siglo, los visigodos lograron una notable unificación territorial, política, religiosa y política de la Península Ibérica.

Los visigodos expulsaron a los bizantinos bajo el reinado de Leovigildo (572-586) y Recaredo (586-601), adoptaron el latín como lengua y el cristianismo como religión. Dominado la mayoría del territorio peninsular, establecieron su capital en Toledo, y estructuraron una monarquía basada en una serie de instituciones de gobierno como el “Aula Regia” y los “Concilios de Toledo” que sirvieron como órganos asesores del rey. Recesvintto (653-672) promovió una ley que igualaba a la población hispanorromana y a los visigodos frente a la justicia, el llamado Fuero Juzgo o Liber Iudiciorum.


    1. Evolución política: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba.

En el año 711, un ejercito musulmán formado básicamente por bereberes venció en la batalla de Guadalete al último rey visigodo (Don Rodrigo) e inició la conquista de la Península. Hacia el 718, solamente quedaba la cornisa cantábrica fuera del dominio musulman. La nobleza visigoda que traicionó a Don Rodrigo pactó la sumisión y el pago de tributos a cambio de conservar sus tierras, y los que no quisieron someterse, se refugiaron principalmente por la montañas astures, gallegas y cántabras.

Entre el 714 y el 756, Al-Andalus fue un Emirato dependiente de Damasco, que sufrió notables crisis internas, como la Revuelta Bereber del 740. Los bereberes estaban muy descontentos debido a que la aristocracia árabe se había apropiado de la mayor parte del botín de guerra, tuvieron que venir tropas desde Damasco para sofocarla, las cuales años después ayudaron a Abderramán I a convertir Al-Andalus en Emirato independiente (756-929), se llamó así porque Abderraman I rompió relaciones de dependencia con el califa abbasí. Más adelante, Abderramán III después de pacificar varias revueltas internas en Al-Andalus y mantener a raya a los reinos cristianos del norte, se sintió con suficiente fuerza como para declarar su independencia religiosa y proclamó el Califato de Córdoba (929-1031), aunque fue el periodo de mayor esplendor cultural y económico las tensiones internas entre árabes, bereberes y muladíes no desaparecieron, y a raiz de la muerte de Almanzor, en 1002, el califato entró en un periodo de disgregación, hasta su desaparición final, en 1031.



    1. La crisis del siglo XI. Reinos de taifas e imperios norteafricanos.

En 1031, debido por un lado a las tensiones internas entre árabes, bereberes y muladíes, y por otro a la ilegitimidad dinástica de los sucesores de Almanzor, el califato se disgregó en 30 Reinos de Taifas. Esta situación la supieron aprovechar los reinos cristianos, y en 1085 el rey castellano Alfonso VI conquista la Taifa de Toledo, ante esta situación algunos reyes musulmanes lanzaron una petición de ayuda a los Almoravides que dominaban gran parte del norte de África.

Los Almorávides, y después los Almohades obtuvieron importantes victorias, pero acabaron sucumbiendo debido, por un lado, al descontento de gran parte de la población andalusí, la cual interpretaba la religión islámica de una manera más flexible, y por otro lado, a la presión de los reinos cristianos penínsulares.

En 1212, la batalla de las Navas de Tolosa fue un punto de inflexión que desequilibró el balance de fuerzas a favor de los reinos cristianos, a partir de esta fecha el proceso de Reconquista se aceleró fuertemente, dejando a los musulmanes, hacia el 1265, recluidos en el Reino de Granada.


    1. La organización económica y social.

Al-Ándalus tuvo una economía muy diversificada para su época.

La agricultura alcanzó gran desarrollo gracias a la introducción de nuevas técnicas de regadío (norias, acequias) y nuevos cultivos como el arroz, la naranja, la caña de azúcar y el algodón en los valles del Ebro, Guadalquivir y Segura.
En las grandes ciudades (Córdoba, Sevilla, Toledo, etc.) florecieron las actividades artesanales, con talleres de productos textiles, cerámica y artículos de lujo (seda, vidrio)
El comercio tuvo gran importancia, gracias a la situación geográfica de la Península, que permitía controlar la llegada a Europa de productos africanos (oro, marfil, especias, esclavos, etc.)

En cuanto a la sociedad podríamos esrtucturarla de la siguiente manera.
Los árabes eran minoría, pero controlaban la riqueza (tierras) y los cargos políticos y militares.
Los bereberes (musulmanes norteafricanos) y los muladíes (hispano-visigodos convertidos al Islám) formaban los grupos más numerosos, y aunque tuvieron una posición privilegiada en la sociedad se quejaban de los privilegios de la minoría árabe.
Judíos y mozárabes, que vivían preferentemente en las ciudades, debían pagar impuestos por no ser musulmanes.
Los esclavos ocupaban el último escalón social; muchos eran de origen europeo (eslavos).

En resumen, la sociedad andalusí era muy compleja y las tensiones sociales entre los diferentes grupos sociales fue una constante.

    1. El legado cultural de Al-Andalus.

El mayor esplendor cultural del Islám en España se inicia a mediados del Siglo IX y durante el siglo X ( época del Califato ) se conoció un esplendor cultural en consonancia con el político y económico. El clima de libertad intelectual, propiciada por los califas, convirtió a Córdoba en un centro cultural de primer orden.

Además, Al-Andalus fue la vía de transmisión a Occidente de la ciencia griega y de gran parte de la indú, que habían sido recuperadas y desarrolladas por los árabes. (sistema de numeración de origen indio, valor del cero, etc.) Este conocimiento proporcionó a los reinos cristianos penínsulares un conocimiento, del que no pudieron disfrutar otros reinos europeos hasta siglos más tarde.

Con la caída del califato, el declive político de los taifas no provocó su decadencia cultural, sino todo lo contrario: las principales cortes compitieron en la práctica del mecenazgo y el fomento de las artes y de las ciencias. Sevilla fue famosa por sus poetas, Zaragoza, por sus astrónomos, Toledo, por sus científicos. En este período Ibn Hazam escribió “ El collar de la paloma “, uno de los mejores tratados sobre el amor de la literatura universal.

Durante el periodo Almorávide surgieron en el siglo XII grandes pensadores Averroes (filosofía), Al- Idrisi (Geografía) y el judío Maimonides (filosofía y medicina). Sin embargo, los almohades con su rigorismo e intolerancia religiosa impusieron una seria limitación al pensamiento.

Aparte de conocimientos, los musulmanes también dejaron su impronta en la lengua castellana, que contiene un gran número de palabras de origen árabe, así como multitud de topónimos. Finalmente, citar brevemente algunas de las cumbres del legado artístico andalusí, como: la mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada o la Aljafería de Zaragoza.


3.5. La mezquita y el palacio en el arte hispano-musulmán.


El arte islámico en la Península Ibérica presenta generalidades comunes al resto del mundo musulmán. Su inspiración es religiosa, las artes figurativas tienen poca importancia por la prohibición de representar seres animados y la arquitectura, de gran relevancia, se levanta con materiales ligeros (uso del ladrillo vidriado) con austeros exteriores y opulentos interiores.
Las principales manifestaciones artísticas fueron la mezquita y el palacio. La mezquita fue el principal edificio religioso musulmán y la más sobresaliente de Al-Andalus fue, sin duda, la de Córdoba, levantada por Abd al Ramán I en el siglo VIII y ampliada en numerosas ocasiones hasta el siglo X ( Al- Mansur). Novedoso en ella son los arcos superpuestos para elevar la nave ( arcos de herradura en el inferior y de medio punto en la parte superior) y la decoración del mihrab y la habitación anterior a este, llamada maxura y reservada para la oración del califa y su familia. Además de la mezquita de Córdoba, conservamos la mezquita llamada del Cristo de la Luz, en Toledo y el minarete almohade ( La Giralda)y el Patio de los Naranjos en Sevilla, que hoy forman parte de la Catedral.
En cuanto a la arquitectura civil, podemos hablar del palacio y la alcazaba. El palacio por definición fue Medinat-al-Zahra, ciudad palacial a las afueras de Córdoba construida por Abd al Ramán III y resumen del lujo y la finura de esta cultura. Otra construcción destacable es la Aljafería de Zaragoza, ciudadela-castillo omeya de origen sirio y las alcazabas de Málaga y Almería. De la época nazarí se debe destacar el conjunto de la Alhambra y los jardines del Generalife en Granada. Palacio-fortaleza del siglo XIV, en el que el uso del agua y la naturaleza como elementos decorativos arquitectónicos es sobresaliente.

    1. Los reinos cristianos en la edad media: Los primeros núcleos de resistencia cristiana

Los primeros núcleos de resistencia cristiana aparecieron en las zonas montañosa del norte (sistema Cantábrico y Pirineos), zonas sobre las que los musulmanes no tuvieron nunca demasiado interés, debido a al clima (frio y lluvioso) y a lo accidentado del terreno.
El primero en aparecer fue el núcleo astur, en el siglo VIII, liderado por el “rey” Pelayo, cuyas noticias se remontan a la batalla de Covadonga en el 722.
La consolidación del reino se alcanzó a principios del siglo X cuando capital pasó de Oviedo a León (reino Astur-leonés). Al este de este territorio, se formará el condado de Castilla, dependiente del reino Astur-leonés, pero con mucha autonomía debido a que tenía que defender la zona más peligrosa del Reino (Llanada alavesa).
En la zona oriental aparecieron otros tres núcleos, en las zonas montañosas entre los Pirineos y los Prepirineos. Todos ellos estuvieron relacionados de una u otra forma con los intereses del reino franco de establecer un territorio “tapón” entre ellos y Al-Ándalus.
El núcleo de Pamplona, que más adelante pasará a llamarse reino de Navarra, tiene sus inicios con la familia de los Arista (Iñigo Arista) que se apoyó en el poder de la familia de los Banu Qasi del valle del Ebro para prescindir de la tutela de los francos y crear un territorio independiente.
En la zona del Pirineo medio existieron tres condados (Jaca, Sobrarbe y Ribagorza), relacionados con el poder franco, pero en el s X. se uniran al reino de Navarra, temporalmente.
El reino franco si estableció un control más efectivo sobre los llamados Condados Catalanes, de estos el principal fue siempre el de Barcelona, que con frecuencia dominaba a los otros. Desde mediados del siglo VIII cuando el reino franco dio muestras de decadencia actuaron como independientes, esto fue más evidente a partir de fines del siglo X.



4.2 Principales etapas de la Reconquista.

La Reconquista, término que hace referencia a la recuperación el territorio del antiguo reino visigodo perdido con la invasión del 711, fue un proceso largo y discontinuo, unido, mas bien, a los momentos de debilidad de Al-Ándalus.
Podemos distinguir cuatro grandes etapas:
- Desde el 722 (Batalla de Covadonga) hasta el 1085. Se trata de la etapa de mayor poderío musulman y los avances fueron modestos. El reino Astur-leonés ocupó el “desierto” del Duero y el reino de Navarra se extendió por la zona de la Ribera y de la Rioja. El rey Sancho III de Navarra, muerto en 1035, mantenía bajo su poder al condado de Castilla y a los condados aragoneses. Su testamento dará lugar a la aparición de dos reinos nuevos Castilla y Aragón (Fernando I y Ramiro I). La desaparición del califato en 1031 y la desmembración de Al-Ándalus en reinos taifas, muy débiles militarmente, supondrá el avance de los diferentes reinos cristianos: Castilla-León y Aragón-Cataluña.
- Alfonso VI de Castilla conquistará Toledo en 1085 (además de extenderse por el este a costa de repartirse el reino de Navarra con Aragón). La bajada de la línea de Al-Ándalus al Tajo provocó el miedo de los reinos taifas y el rey de Sevilla pedirá ayuda al Imperio almorávide que dominaba en el norte de África. La aparición de los almorávides frenará el avance conquistador (1090-1145).
Por su parte Alfonso I de Aragón conquistará Zaragoza, Daroca y Calatayud lo que significa que traspasó la línea del Ebro. Los avances en la zona oriental se vieron favorecidos por la unión con Cataluña a través del matrimonio de la hija de Ramiro II con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona.
Los almorávides perdieron su poder en el norte de África a manos de los almohades que también pasarán a Al-Ándalus y pusieron fin a los segundos reinos taifas, surgidos al desaparecer el poder almorávide.
- La derrota de los ejércitos almohades en las Navas de Tolosa en 1212 dio inicio a la gran etapa reconquistadora del siglo XIII. Los reyes artífices de esta expansión serán Fernando III y, en menor medida, su hijo Alfonso X por el reino de Castilla y Jaime I el Conquistador por la Corona de Aragón. Ambos reinos habían pactado previamente los territorios a conquistar (tratado de Cazorla en 1179) y sus zonas de actuación para evitar guerras entre ellos lo que podría poner en peligro sus intereses (la corona de Aragón se reservó los territorios de Valencia y Mallorca solamente).
- A partir de finales del siglo XIII el Reino de Granada, será el único reino musulman de la Península Ibérica y este desaparecerá en 1492, conquistado por los Reyes Católicos.



4.3 La Península Ibérica en la Edad Media: Las formas de ocupación del territorio. Modelos de repoblación y organización social

La ocupación militar de un territorio era seguida necesariamente de una repoblación, pues de lo contrario el dominio del territorio no se consolidaba. En un primer momento durante los siglos VIII al X se avanzó siempre sobre territorios “despoblados” (zona norte del Duero). Ahí se efectuó “presura” o “aprisio” que consistía en una ocupación de tierras que se convertían en propiedad del que las cultivaba (se basaba en principios de Derecho Romano). La iniciativa podía ser de grupos de campesinos o también de señores laicos o eclesiásticos.
A partir del siglo XI la expansión se llevó a cabo sobre tierras siempre en contacto con Al-Ándalus y por tanto que presentaban mayor peligro. La repoblación fue dirigida por los monarcas. En las tierras entre el Duero y los Montes de Toledo y en el valle del Ebro el territorio fue dividido en concejos que recibían del rey un Fuero o Carta Puebla, donde se contenían los términos y condiciones en que se llevaba a cabo la repoblación. El Concejo era el centro de un extenso término denominado alfoz. Este sistema propició la existencia de propiedades medianas y de campesinos libres.
Durante la 1a mitad del siglo XIII en el valle del Guadiana y en las provincias actuales de Teruel y Castellón se repartieron grandes extensiones de tierra a las Órdenes Militares (Calatrava, Álcantara, Santiago y Montesa). Esto dio lugar agrandes latifundios dedicados a la ganadería debido a la escasez de población.
En la segunda mitad del siglo XIII (valle del Guadalquivir y Levante) el sistema de repoblación fue por “repartimientos”, cada hombre que había intervenido en la campaña recibía un lote de tierras cuya extensión dependía de su categoría o rango social. Cuando se conquistaba una ciudad de importancia se solía firmar con los habitantes una “capitulación” por la cual estos pasaban a habitar fuera de la ciudad. El sistema sociopolítico de los reinos españoles no se diferenció del resto de Europa. El poder efectivo del rey quedaba limitado por el poder de la nobleza y el clero en la medida en que tenían grandes extensiones de terreno. La sociedad era estamental con poca movilidad, había nobleza alta y baja y lo mismo se puede decir del clero, en el pueblo llano la mayor parte eran campesinos cuya situación era muy heterogénea.

4.4 La Península Ibérica en la Edad Media: Diversidad cultural: cristianos, musulmanes y judíos.

Durante la Edad Media, en los reinos cristianos peninsulares, el analfabetismo estaba generalizado y la Iglesia controlaba prácticamente toda actividad cultural. No obstante, entre los siglos XI y XIII, los reinos cristianos peninsulares experimentaron un despertar cultural fomentado por un doble estímulo: La apertura a Europa y el contacto con Al- Andalus.
El primer estímulo se manifestó en la presencia en la península de nobles y órdenes militares extranjeros que habían acudido a luchar contra el infiel; en las alianzas matrimoniales entre nobles peninsulares y extranjeros; y en la existencia de barrios de artesanos y comerciantes francos (o genoveses en Cataluña) en muchas ciudades peninsulares. Por su parte, el Camino de Santiago fue una vía de intercambio de información cultural por la que penetraron la arquitectura románica y la reforma eclesiástica, propagadas por las órdenes religiosas reformadoras procedente de Francia: la Orden Benedictina reformada o cluniacense, y la Orden Cisterciense.

En cuanto a los textos árabes procedentes de Al-Ándalus, habría que decir que contribuyeron de forma decisiva a difundir por Occidente gran parte del pensamiento griego, persa e hindú. El foco cultural más importante fue Toledo, con su Escuela de Traductores, que llegó a su apogeo bajo el reinado de Alfonso X de Castilla León durante la segunda mitad del siglo XIII.

Aunque el latín era el idioma culto, las literaturas castellana, gallega y catalana experimentaron un notable impulso: durante el siglo XIII apareció el primer manuscrito en castellano del Cantar de Mío Cid (1207), Gonzalo de Berceo escribió diversas vidas de santos y poemas religiosos y Alfonso X sustituyó el latín por el castellano como idioma oficial. La lengua gallega adoptó forma escrita a través de la poesía con las cantigas, mientras que el mallorquín Ramon Llul escribió en catalán.

4.5 Manifestaciones artísticas

El arte medieval peninsular es fundamentalmente religioso; tanto los edificios (monasterios o catedrales) como la escultura o la pintura (subordinadas a la arquitectura), se realizan con una clara finalidad didáctica: mostrar la gloria de Dios y transmitir su doctrina mediante imágenes y símbolos, ya que la mayoría de los fieles eran analfabetos. En la Península se extendieron las grandes corrientes artísticas medievales (románico y gótico) importadas de Francia y se desarrollaron otras autóctonas (asturiano, mozárabe y mudéjar, estas últimas influenciadas por el contacto con Al-Andalus)

Siglo VIII-IX arte asturiano: promovido por la monarquía asturiana. Emplea arcos de medio punto y bóvedas de cañón. Sus principales ejemplos están en Oviedo: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo.

Siglo X arte mozárabe: son iglesias construidas por cristianos que emigran hacia el Reino Astur-Leonés. Utilizaban materiales como el sillarejo (sillares más pequeños y toscamente labrados), y en menor medida el ladrillo, y arcos de herradura. Destaca San Miguel de la Escalada (León)

Siglos XI-XII Románico: Nace en Francia en la orden benedictina del Cluny y llega a la Península Ibérica por el Camino de Santiago, se extiende por una sociedad ruralizada y con una población dispersa, por esta razón prevalecen las iglesias rurales, en lugar de las grandes catedrales, salvo excepciones. (Catedral de Santiago)

Las iglesias presentan un aspecto macizo y oscuro por la escasez de vanos. En Castilla muestran la influencia francesa (Catedral de Santiago, típica iglesia de peregrinación) y en Cataluña la italiana con campanarios separados de la iglesia (San Vicente de Tahull).
La escultura y la pintura románicas se insertan en la arquitectura como: los relieves en capiteles (Claustro de Santo Domingo de Silos) y portadas (Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago) o la decoración pictórica de paredes y techos de los templos. Se caracteriza por el silueteado de las figuras y el uso de colores planos (Pantocrator de San Clemente de Tahull).

Siglos XIII-XIV Gótico: El origen y la expansión es similar al Románico, pero será la orden cisterciense la que lo lidere. Este estilo asociado al resurgir de las ciudades y desarrollo del comercio. Su principal característica es la introducción de nuevos elementos arquitectónicos (arco apuntado, bóveda de crucería) y su luminosidad (vidrieras) que reflejaran una nueva actitud espiritual tendente a lo divino. Destacan las catedrales de León, Burgos y Toledo. En Aragón además es importante la arquitectura civil (Lonja de Valencia y Palacio de la Generalitat de Barcelona)
La escultura gana en realismo por la expresión individual y humana de las figuras (Virgen Blanca de la catedral de Toledo), al igual que la pintura, además esta deja de realizarse sobre el muro y se representa en vidrieras o sobre tablas.

Siglos XII-XV mudéjar: original de la Península en el que se mezclan dos influencias: la cristiana (San Tirso de Sahagún-León) y la musulmana que utiliza el ladrillo como material de construcción y formas decorqativas del arte islámico: ataurique y sebka. La principal representación son las torres campanario basadas en los alminares musulmanes (San Salvador de Teruel)

    1. Los Reyes Católicos: La unión dinástica

Contrariado por la boda de Isabel con Fernando de Aragón (1469), Enrique IV nombra como heredera de la corona de Castilla, tras las Capitulaciones de Cervera, a su hija Juana la Beltraneja, considerada ilegítima. Esta decisión provocó una guerra civil que enfrenta a los defensores de Isabel con los de Juana.
Isabel, con el apoyo de la mayor parte de las ciudades castellanas y de la corona de Aragón, y el cambio de actitud del papado y tras rechazar al ejército francés y portugués y derrotar a los nobles opositores en la decisiva batalla de Toro (1476), logra imponerse finalmente como reina de Castilla. Los tratados de San Juan de la Luz y Alcáçovas (acuerdo firmado en 1479 entre Portugal y España por el que se pone fin al conflicto abierto por el apoyo lusitano a la causa de Juana la Beltraneja) fijan las condiciones de paz entre los estados portugués y castellano, así como sus límites atlánticos.
Dña. Juana termina sus días retirada en Lisboa. El fin de la guerra coincide con el fallecimiento de Juan II de Aragón y el ascenso al trono de su hijo Fernando, con lo que culmina la unión dinástica de las dos coronas en las figuras de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.


Tema : 5 . La Baja Edad Media. Crisis de los siglos XIV y XV.

5.1 . Los reinos cristianos en la baja edad media: organización política e
instituciones en el reino de Castilla y en la Corona de Aragón.


Castilla y Aragón tuvieron modelos de monarquía diferentes.

Castilla era una monarquía unitaria en la que el rey mantenía la autoridad debido al
escaso poder de las Cortes, que era una institución meramente consultiva, y la aceptación del origen divino de la autoridad. El rey se apoyaba más en el Consejo Real otra institución consultiva pero en la cual no había representantes de las ciudades, solamente nobles y eclesiasticos.

La Monarquía aragonesa tenía un carácter más feudal que en Castilla, aunque el monarca tenía los tres poderes, los reyes tenían la necesidad de llegar a acuerdos con la nobleza y burguesía. Además, se trataba de una confederación de Estados (Reino de Aragón, Cataluña, Mallorca y Valencia) y cada reino tenía sus propias Cortes, entre sus funciones estaba la de votar los impuestos, en Cataluña y Valencia para vigilar lo que se acordaba en las Cortes, se creó la Generalitat. En cada Estado el rey tenia un lugarteniente. (Virrey).

En cuanto a la justicia también hubía ciertas diferencias.

En Castilla estaban las Audiencias o Chancillerías a cuya cabeza estaba el Rey.

En Aragón cabe destacar la figura de “el Justicia de Aragón” o defensor del pueblo, el cual defendía los derechos de los ciudadanos frente al rey.

Finalmente destacar la figura del corregidor en Castilla, el cual, solía ser un noble que representaba al poder real en las ciudades, en cambio en Aragón el gobierno de las ciudades solía estar más en manos de acaudalados comerciantes.


5.2.Los reinos cristianos en la baja edad media: crisis demográficas, económica y política.


Durante la segunda mitad del siglo XIV la Corona de Aragón y Castilla sufren sendas crisis que pueden explicarse por diferentes razones:

Razones demográficas. Las epidemias de Peste Negra de 1348, 1363 y 1371, afectaron duramente a una población, mal alimentada debido a las malas cosechas, guerras civiles, revueltas sociales, etc. La consecuencia fue de un descenso de un 40% en la población en Aragón y de un 25% en Castilla.

Crisis económica y social. Las malas cosechas y la crisis agraria agravó la conflictividad antiseñorial (revueltas irmandiñas y de payeses remença) y urbana (conflicto entre la Biga ,grandes comerciantes, y la Busca, pequeños comerciantes, en Barcelona) o los asaltos a las juderías (pogroms). En Castilla el antisemitismo fue especialmente virulento porque Enrique de Trastámara utilizó la propaganda antisemítica para destronar a su hermanastro. (Pedro I de Castilla)

Crisis políticas. En Castilla se desencadenaron guerras civiles por el intento de fortalecimiento del poder real, que encontró la oposición de la nobleza y del clero. En 1369 la guerra entre Pedro I y su hermanastro Enrique II llevó al trono castellano a la dinastía Trastámara que, años después, por el Compromiso de Caspe de 1412, reinaría también en Aragón. Entre 1462 y 1472 hubo una guerra civil catalana que enfrentó al rey Juan II de Aragón y a las instituciones : Generalitat y Consejo de Ciento. Por otra parte, Castilla (con Francia) y Aragón (con Inglaterra) participaron en la Guerra de los Cien Años, de la cual, salió beneficiada Castilla.


    1. Los reinos cristianos en la baja edad media: La expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo.


Desde el siglo XIII, Aragón se lanza a la creación de un imperio territorial y económico, que inició Pedro III con la conquista de Sicilia, en 1282. Jaime II anexionó los ducados de Atenas y Neopatria, en 1311, debido a que unos mercenarios catalanes y aragoneses (almogávares) fueron contratados por el emperador bizantino para luchar contra los turcos, pero al ser asesinado su capitán, decidieron actuar por su cuenta. Saquearon varias islas griegas y controlaron los dos ducados, poniéndolos bajo la soberanía de la Corona aragonesa, poco después en 1324 se anexionó Cerdeña. Por último, Alfonso V conquistó Napoles en 1443, aunque ya por esas fechas los Ducados de Atenas y Neopatría ya estaban perdidos.

La expansión favoreció a la burguesía catalana, que llegó a entablar una dura competencia con las repúblicas mercantiles italianas: Venecia, Génova y Pisa. Se exportaban hierro y tejidos y se importaban cereales, pieles y especias. Los territorios mediterráneos no quedaron bajo el control directo del monarca, sino indirectamente a través de príncipes pertenecientes a la familia real. El mantenimiento de estas conquistas obligó a los monarcas aragoneses a pedir apoyo continuo a la nobleza, al clero y a las ciudades, situación que las clases privilegiadas aprovecharon para sentar las bases de un control del poder monárquico, el pactismo.

La caída de del Imperio Bizantino (1453) y el avance turco aceleraron la decadencia del
comercio Mediterráneo, al mismo tiempo que surgían las rutas atlánticas.




5.4. Los reinos cristianos en la baja edad media: las rutas atlánticas (castellanos y portugueses). Las islas Canarias.

Desde principios del siglo XV la ruta para llegar a las Indias estaba controlada por los turcos del Mediterráneo oriental. Con el objeto de hacerse con el comercio de las especias, Castilla y Portugal, las principales potencias marítimas de la época, organizaron expediciones para encontrar una ruta hacia las Indias circunnavegando África.

Castilla

La corona castellana inició su expansión, al igual que Portugal, por la costa atlántica de

África, comenzando con la ocupación de las islas Canarias. La conquista del archipiélago fue lenta por la falta de recursos económicos y la resistencia de los indígenas. En una primera fase, a principios del siglo XV, fueron ocupadas las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Hierro. La conquista, previa autorización y bandera de la Corona de Castilla, fue realizada por mercenarios normandos al mando de Bethencourt. Por este mismo procedimiento nobles castellanos conquistaron la isla de La Gomera en 1450.

A mediados de siglo surgieron disputas coloniales entre castellanos y portugueses, que se
resolvieron en 1479 en el Tratado de Alcáçovas, por el que se reconocía la soberanía de
Castilla sobre las islas Canarias. Finalmente, las tropas castellanas conquistaron Gran Canaria en 1483 y Tenerife en 1496.

Portugal

Una vez terminada la conquista de los territorios musulmanes en la Península Ibérica, los
portugueses comenzaron las grandes navegaciones por la costa atlántica de África. Las
expediciones contaron con el apoyo de los reyes: el príncipe Enrique el Navegante dirigía la Escuela de Navegación de Sagres, en la que reunió a númerosos eruditos, navegantes y cosmógrafos. Los descubrimientos y conquistas se sucedieron a lo largo del siglo XV: La primera conquista fue la de Ceuta (1405), a la que siguieron las islas Madeira y Azores y la costa africana hasta el cabo Bojador, en el Sahara Occidental.

En 1460 los portugueses llegaron al golfo de Guinea, en cuya costa se concentró el comercio de oro y esclavos. En 1488 Bartolomé Días llegó al cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África. Con ello quedaba abierto el camino para que Vasco de Gama, en 1497, llegara al océano Índico y Las Indias (tierra de las especias)

6.1. Unión dinástica: integración de las coronas de Castilla y de Aragón.

El matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón posibilitó la unión de ambas
coronas en una misma dinastía. Sin embargo hay que tener presente que el modelo
adoptado fue el de la Corona de Aragón: cada corona mantenía sus instituciones, su
sistema monetario y sus normas jurídicas. A pesar de ello, si que se produjo una unidad
de acción en política exterior.
Los inicios del reinado fueron difíciles, ya que se produjo una guerra civil en Castilla
por la sucesión al trono tras la muerte de Enrique IV. Aunque el rey tenía una hija, en la
corte se consideraba que esta era ilegítima y éste llegó a transigir en la cuestión
sucesoria, pues firmó con su hermana Isabel el Pacto de los Toros de Guisando
(1468), por el que reconocía a Isabel como su heredera con la condición de que no se
casara sin su consentimiento. Isabel se casó con Fernando en secreto, lo que hizo
reconsiderar a Enrique IV su postura, nombrando a Juana la Beltraneja su heredera. A la
muerte del rey se desencadenó la guerra civil en la que se enfrentan:

Por un lado Isabel apoyada por un sector de la nobleza, las ciudades y
Aragón.
Por otro Juana la Beltraneja apoyada por parte de la nobleza y Portugal.

El triunfo correspondió a Isabel, ya que tras la batalla de Toro se firmó la paz con
Portugal: Tratado de Alcaçovas (1479) que reconocía a Isabel como reina de Castilla, a
cambio de que esta no interviniese en el África atlántica con la excepción de las
Canarias.

El centro de la monarquía basculó enseguida hacia Castilla, ya que era un territorio
más extenso, poblado y dinámico económicamente. Además era un territorio más unido
que la Corona de Aragón formada por cuatro reinos distintos y mostraba menor
oposición al intervencionismo real.


5.2. La conquista del reino Nazarí y la incorporación de Navarra:

Tras la victoria en la guerra civil se reanuda la guerra con el reino Nazarí de Granada. La guerra fue larga: en 1487 se conquistó Málaga y en 1489 la localidad de Baza. Para conquistar Granada se construyó la fortaleza de Santa Fe y se entablaron negociaciones con Boabdil. Finalmente a comienzos de 1492 se conquistó Granada poniendo fin a esa empresa multisecular que fue la Reconquista.

Con el fin de la guerra se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe: los granadinos conservan su religión, su libertad, propiedades, armas y derecho tradicional. Sin embargo, la tolerancia duró poco, ya que en 1499 el cardenal Cisneros acabó con ella, a la vez que se implantaba la Inquisición. Los musulmanes (mudejares) se sublevaron, fueron sofocados y obligados a elegir entre conversión o exilio. Los conversos serán llamados moriscos.

Navarra fue incorporada al Reino de Castilla en 1512. Fernando el Católico, regente de Castilla, no aceptaba el matrimonio entre la hija del rey de Francia y el heredero del reino de Navarra. Fernando temía la intervención de Francia al sur de los Pirineos. Bajo el pretexto de una supuesta conspiración de Navarra y Francia contra Castilla, entró en Pamplona en 1512. En 1517, en las Cortes de Burgos, Fernando, aunque en plano de igualdad y conservando sus fueros e instituciones, anexionó el reino de Navarra a Castilla.


5.3. La proyección atlántica: la integración de Canarias:

El Tratado de Alcaçovas (1479) supuso la renuncia de Castilla a toda expansión por África occidental con la excepción de Canarias. Estas islas estaban habitadas por nativos (guanches en Tenerife). Hasta entonces la conquista y colonización había sido obra de iniciativas particulares, que habían conquistado desde 1402 las islas de Fuerteventura, Lanzarote, el Hierro y La Gomera. No obstante, los RRCC organizaron la empresa sobre bases diferentes:

- Confirmaron los señoríos particulares, bajo soberanía real, en las islas menores ya conquistadas.

- Ordenaron la conquista de La Palma, Gran canaria y Tenerife (1483-1496)

Las formas de colonización y conquista castellanas de las Canarias sirvieron de modelo para las que iban a desarrollarse en América, y a partir de 1492 el tráfico hacia América se desarrolló de forma muy notable ya que el archipiélago, por su situación estratégica, era una plataforma ideal para viajar al nuevo continente.

Para asegurar las relaciones diplomáticas con Portugal, los Reyes Católicos pactaron el matrimonio de su hija Isabel con el heredero de la corona portuguesa- principe Alfonso-. La temprana muerte de este se resolvió con un segundo enlace de la viuda con el rey portugués Manuel I el Afortunado. De esta unión nació el infante don Miguel, que murió con dos años y que, de sobrevivir, hubiera reunido las coronas de Portugal, Castilla y Aragón. Tras el fallecimiento de Isabel, se mantuvo la alianza, con un segundo matrimonio de Manuel el Afortunado con María, otra hija de los Reyes Católicos.

El descubrimiento de América reabrió el conflicto con Portugal por la navegación atlántica, conflicto que fue resuelto definitivamente en 1494 mediante el tratado de Tordesillas. Por el que la línea divisoria Este – Oeste, se traslada 370 leguas al oeste de Cabo Verde. La consecuencia importante de este tratado es que Portugal se aseguraba así la costa occidental de Brasil.

5.4. La organización del Estado. La Monarquía Autoritaria.

Las reformas que los RRCC introducen en sus territorios tienden a la centralización y al reforzamiento del poder real. Este proceso va a tener más importancia en Castilla, ya que en la Corona de Aragón continúa vigente el pactismo medieval:

En Castilla:

Se limitó el poder de la nobleza apartándola de los cargos superiores de la administración.

En 1476 se creó la Santa Hermandad para luchar con los bandidos de los caminos.

Se reorganizaron las finanzas: la percepción de los impuestos se hizo más eficaz (la alcábala era el impuesto más importante), lo que permitió prescindir más de la Cortes.

Se generalizó el régimen de corregidores, delegados de los reyes en las ciudades de Castilla.

Fernando el Católico se hizo nombrar maestre de las órdenes militares (Santiago, Calatrava y Alcántara), que pasaron de esta manera a estar controladas por la corona, incluidos sus enormes recursos económicos.

El Consejo Real dejó de ser consultivo para ser de gobierno y se crearon consejos especializados (Aragón, Castilla, Hacienda, Indias, Inquisición, Órdenes Militares).

Reforma de la Iglesia: Los RRCC obtuvieron del Papa el derecho regio de presentación de obispos a las sedes vacantes: reafirmación del regalismo y subordinación de la Iglesia al poder del rey.

Por otro lado, la reforma de las órdenes religiosas fue obra del cardenal Cisneros. Estas habían caído en la relajación más absoluta y se les obligó a seguir la regla, especialmente a franciscanos, con todo rigor.

En la Corona de Aragón:

Las reformas más importantes fueron la creación del Consejo de Aragón, el cargo de Virrey y la Inquisición. Además se emplearon a fondo también para pacificar las revueltas campesinas y urbanas.

A pesar de todo, el proceso fue menos importante que en Castilla:

los RRCC respetaron e incluso confirmaron los privilegios y fueros de los 4 reinos; nombraron varios virreyes para que los representaran en algunos reinos durante su ausencia.

Se resuelve el conflicto de los remensas mediante la Sentencia Arbitral de Guadalupe de 1486, que suprimía los malos usos señoriales y establecía contratos enfiteuticos en el campo catalán.

Impusieron el sistema de insaculación o sorteo para elegir los principales cargos de la ciudad de Barcelona.

6.5. Los Reyes Católicos : la proyección exterior. Política italiana y

norteafricana.


El creciente poder de la monarquía hispánica provocó la reacción de Francia. Los Reyes Católicos respondieron con acciones militares y con una política de acercamiento hacia los rivales de Francia, como Inglaterra (casaron a su hija catalina con el príncipe-heredero de Inglaterra), el Sacro-Imperio (casaron a sus hijos Juan y Juana con los hijos de Maximiliano de Austria, Margarita y Felipe el Hermoso) y Portugal (casaron a su hija Maria con Manuel el Afortunado).
Francia y la monarquía hispánica se enfrentan en la península itálica por el control del
Reino de Nápoles. Francia invade Nápoles en 1494 y Gonzalo Fernández de Córdoba (el Gran Capitán), obliga al ejército francés a retirarse.

En 1499 Luis XII de Francia se anexiona el Milanesado (conquistado posteriormente por Carlos V) e invade Nápoles y nuevamente en 1503, el Gran Capitán derrota al ejército francés.

El enfrentamiento entre Francia y la monarquía hispánica termina con la anexión del Milanesado por Francia y la integración del reino de Nápoles y la reincorporación del Rosellón y la Cerdaña a la Corona de Aragón. La figura de Gonzalo Fernandez de Córdoba (el Gran Capitán) y su reorganización del ejército en Tercios fue una de las claves de la victoria hispánica.
En cuanto a la política norteafricana, los Reyes Católicos entendían que la mejor solución para evitar el ataque de los turcos y de los berberiscos a las costas españolas era la ocupación de las plazas del norte de África. Así, entre1497 y 1510, fueron ocupadas las ciudades de Melilla, Orán, Bugía y Trípoli. Ceuta era portuguesa y por futuros acuerdos quedaría en manos españolas.

7.1. El descubrimiento de América.

Las crecientes dificultades para llegar a Asia por el Mediterráneo (presencia de los turcos) obligaron a los europeos a buscar rutas alternativas para conseguir los productos de las Indias – especias y metales preciosos.
Así, en 1492 se firman las Capitulaciones de Santa Fe, acuerdo por el cual los Reyes Católicos apoyaban el proyecto de Cristóbal Colon para realizar la expedición a las Indias navegando hacia el oeste.
Colon realizó cuatro viajes a Las Indias sin saber que, en realidad, había llegado a un nuevo continente:
Primer viaje: la expedición partió de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de agosto de 1492, hizo escala en Canarias y llegó a las Indias el 12 de octubre de 1492. Tocó tierra en Guanahaní –hoy San Salvador, Bahamas.
Segundo viaje: (septiembre de 1493) se descubrió la isla La Española (Santo Domingo).
Tercer viaje: (1498) se descubrieron la isla de Trinidad y la desembocadura del río Orinoco.
Cuarto viaje: (1502) se descubrió el continente (la costa centroamericana).
Las disputas entre Portugal y Castilla por la propiedad de las nuevas tierras surgieron en el año 1493, ya que los portugueses reclamaban el cumplimiento del tratado de Alcaçovas. Sin embargo, los Reyes Católicos consiguieron del Papa Alejandro VI los derechos de conquista y evangelización sobre las nuevas tierras, recogidos en las Bulas Inter Caetera (1492-1503).
La rivalidad entre Castilla y Portugal se resolvió en el Tratado de Tordesillas (1494), por el que se trazó una línea imaginaria de demarcación a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde : Portugal se quedaba con las tierras situadas al este de dicha línea (costa africana y Brasil) y Castilla con el oeste (resto de América).

7.2. Conquista y colonización de América.

Los RR.CC. Buscaron la legitimidad de la conquista en la Iglesia y la obtuvieron mediante Bula Intercaetera (1493), por la cual el papado les confirma como propietarios de las nuevas tierras descubiertas o por descubrir.

En apenas 50 años, (1492-1545) se conquistó un territorio unas 25 veces mayor que España. Las razones son varias, pero podemos destacar algunas: superioridad en el plano militar (tecnología y experiencia), problemas internos en los grandes imperios (Azteca e Inca), enfermedades contagiosas llevadas por los españoles que mermaron mucho a la población o incluso supersticiones apocalíticas que hicieron pensar a los indigenas que los conquistadores eran dioses.

Podríamos distinguir dos etapas en la conquista:

- La etapa antillana: (1492-1518) Se conquistan las islas del Caribe (Cuba, Jamaica, etc) y se inicia la búsqueda de metales preciosos mediante el trabajo forzoso de los indios. Ya empezaron a alzarse voces que criticaban el repartimiento de indios entre los conquistadores, y que clamaban por una mejora de sus condiciones, las Leyes de Burgos (1512) reconocen al indio como súbdito libre del rey, pero mientras dure su “evangelización” estará bajo la tutela de los conquistadores, en la práctica esto supuso una legalización del trabajo forzado.

- La etapa continental: Donde distinguimos dos fases.
  • La fase de ocupación de los altiplanos (1521-1533) cuando se dominaron las civilizaciones Azteca (Expedición de Hernán Cortes) e Inca (Expedición de Francisco de Pizarro).
  • La fase de dilatación, que comienza a partir de esos dos focos de proyección hacia nuevas tierras (Chile, Venezuela, Centroamérica, etc.)

La financiación de las expediciones de conquista fue sobre todo privada, que firmaban capitulaciones con la corona donde esta se aseguraba la posesión de tierras y el veto a títulos nobiliarios, mientras a los conquistadores les correspondía el botín, los cargos públicos y las encomiendas, recibiendo cada cual según su inversión en dinero, material o sangre. Fray Bartolome de las Casas denunció el maltrato a los indígenas, y consiguió que en las Leyes Nuevas (1542), se aboliera la encomienda, aunque en la práctica siguió vigente hasta tiempo después.



7.3. Gobierno y administración en el imperio colonial

Los territorios de América, jurídicamente, no eran considerados colonias sino reinos, como los restantes de la Monarquía, y su población, tanto criollos como indígenas, eran súbditos de la Corona de Castilla.
La Administración central, ubicada en España, constaba de dos organismos:
La Casa de Contratación de Sevilla, que controlaba el monopolio del comercio y navegación de las Indias. La Corona reguló la navegación con dos flotas de Indias anuales y, más tarde, con el aumento de la piratería, una armada protegía los convoyes. Se enviaban a América productos manufacturados y venían a la Península materias primas y metales preciosos, cuya cuantía aumentó tras el descubrimiento de las minas de plata de Potosí y Zacatecas a mediados del siglo XVI.
El Consejo de Indias, que tenía su sede en la corte, nombraba los cargos más importantes (virreyes, gobernadores, etc.), regulaba aspectos legislativos, etc.

La Administración territorial americana que se organizaba en virreinatos. El virrey era el representante personal del rey, con amplísimos poderes, aunque su gestión se sometía a revisiones periódicas (visitas). Existían, además, demarcaciones menores: gobernaciones y capitanías generales.
Los municipios se gobernaban mediante concejos, llamados cabildos. Eran similares a los municipios castellanos y fueron el cauce de participación de los criollos en la vida pública.
La administración de justicia correspondía a las Audiencias.

7.4. Impacto de América en España.

El comercio ultramarino fue el motor de la economía española y sobretodo castellana.
Desde 1520 ya se empezaron a explotar las minas de oro y plata de América. Estos metales preciosos se utilizaron para financiar las guerras de la Monarquía hispánica en Europa, y para aumentar enormemente el patrimonio de la aristocracia que controlaba este comercio, si bien este beneficio no se invirtió en mejorar la industria o la agricultura española, las cuales perdieron competitividad con respecto a Europa, además provocarón la llamada “Revolución de los Precios” debido a un alza en los precios de muchos productos, lo cual afectó negativamente a la capacidad adquisitiva de la gente más necesitada.
En cuanto a las exportaciones a América podríamos destacar vino, aceite, tejidos, pero la demanda creciente fue atendida por países europeos que utilizaron a España como intermediario.
Y las importaciones de América eran metales, maíz, patata, cacao, tabaco, etc.
Se calcula que unos 150.000 castellanos emigraron a América, en su mayoría hombres jóvenes.
El descubrimiento y la conquista de América cambiaron la concepción del mundo y muchos valores culturales en España.
El Nuevo Mundo supuso un gran estímulo para la actividad intelectual , que se reflejó en diversos aspectos:
Se ampliaron los conocimientos de flora y fauna: Historia Natural de las Indias de José Acosta.
Se hizo una crítica jurídica del supuesto derecho de conquista, que se justificaba por la evangelización.
Los dominicos Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas (Brevísima relación de la destrucción de Indias) denunciaron el trato que los colonizadores daban a los indios, y abrieron una vía para que Francisco de Vitoria y sus discípulos de la Escuela de Salamanca abordaran el problema de los justos títulos de la acción en América, poniendo las bases del derecho de gentes, hoy derecho internacional.

8.1. EL IMPERIO DE CARLOS V. CONFLICTOS INTERNOS: COMUNIDADES Y GERMANÍAS.

Carlos I de Castilla y V de Alemania – primogénito de Juana y Felipe el Hermoso nacido y criado en Flandes – fue monarca de gran parte de Europa y su política exterior se vio condicionada por su idea imperial y por los territorios que heredó:
De Felipe el Hermoso heredó los Paises Bajos, Luxemburgo, Artois, Franco- Condado, Borgoña y Charlerois. (Conque pongáis “Paises Bajos, Franco-Condado, Borgoña, etc.)
De Fernando el Católico (abuelo materno) heredó las coronas de Castilla y Aragón
De Maximiliano I, emperador de Alemania (abuelo paterno) heredó los territorios de la Casa de Habsburgo, la soberanía sobre el norte de Italia y el derecho a ser propuesto para la corona del Imperio Romano Germánico – que obtuvo en 1519.
Carlos V quiso restaurar el imperio cristiano (Universitas Christiana) y que el emperador fuese rey de reyes, no subordinado al Papa.
Carlos de Habsburgo (Carlos V) ascendió al trono de Castilla y Aragón en 1516 a la muerte de Fernando el Católico, sustituyendo los Habsburgo a los Trastámara españoles. Tomó posesión del trono en 1517; fue elegido emperador del Imperio Romano Germánico en 1519 por lo que abandonó Castilla con destino a Alemania, nombrando regente a Adriano de Utrech. Se enfrentó a Francia por la hegemonía en Europa, a los luteranos por la unidad cristiana y a los turcos en defensa de la cristiandad.
Carlos V tuvo que hacer frente a dos conflictos internos:
La rebelión de las Comunidades de Castilla (1520-1521). En febrero de 1520 se produjo el levantamiento en Castilla de los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado. En julio se constituyó la Junta Santa de Ávila, que pidió a Carlos V su regreso a Castilla, la exclusión de extranjeros de cargos políticos, más protagonismo de las Cortes, reducción de gastos e impuestos y limitación de las exportaciones de lana. Los comuneros sería finalmente derrotados en Villalar en 1521.
Las Germanías (1519-1524). Se desarrollaron en Valencia, Murcia y Mallorca. Tenían como principales motivos la crisis económica y el descontento de artesanos y comerciantes, que querían la reducción de los derechos de la nobleza. En marzo de 1523 los agermanados fueron reprimidos por orden de Carlos V.
Las Comunidades y las Germanías fueron antiseñoriales. Su aplastamientos significó la alianza de la monarquía y la nobleza y la marginación de la burguesía.

8.2. LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE FELIPE II. LA UNIDAD IBÉRICA.

La política de Felipe II se inspiró en la Contrarreforma católica. Los dos hechos más relevantes de la política interior de Felipe II fueron:
La represión de los moriscos. Los moriscos de las Alpujarras se rebelaron en 1568 y la rebelión se controló en 1570. Los moriscos fueron dispersados por Castilla y las Alpujarras repobladas por cristianos viejos.
Las alteraciones de Aragón. Fueron provocadas por el caso Antonio Pérez.
El objetivo de Felipe II en el ámbito de la política exterior fue mantener la hegemonía y la ortodoxia católica en Europa.
Felipe II mantuvo guerras contra:
Francia. Derrotó a Francia en Gravelinas y San Quintín en 1557 y firmó la paz de Cateau- Cambrésis en 1559, que puso fin al enfrentamiento heredado de su padre.
Los turcos. Para frenar se expansión en el Mediterráneo Felipe II organizó una flota en alianza con Venecia y el Papado que derrotó a los turcos en Lepanto en 1571.
Los rebeldes flamencos. La rebelión en Flandes se inició en 1566. Las campañas militares exitosas del duque de Alba no sirvieron para someter a los Países Bajos, que acabaron divididos en dos: el Norte protestante de la Unión de Utrecht, de facto independiente, y el Sur católico de la Unión de Arrás.
Inglaterra. Isabel I de Inglaterra apoyó a los protestantes de los Países Bajos y fomentó la piratería en el Atlántico en contra de Castilla. Felipe II creó la Armada Invencible para invadir Inglaterra en 1588, pero naufragó frente a las costas inglesas.
El imperio de Felipe II estuvo formado por : Los territorios que heredó de Carlos V, salvo Austria y el Imperio Germánico. Incorporó las Filipinas a la Monarquía hispánica en 1571.
Su mayor éxito fue la incorporación de Portugal en 1580. (Unidad Ibérica). En 1578 murió el rey de Portugal Sebastián I, sucediéndole su tío el Cardenal-Infante D.Enrique, que murió en 1580. Felipe II hizo valer sus derechos sucesorios (Su madre fue la portuguesa emperatriz Isabel) y fue reconocido rey de Portugal en las Cortes de Tomar de 1581, de modo que los reinos peninsulares quedaron unidos bajo un mismo rey. La unión se hizo respetando las leyes e instituciones portuguesas y se creó el Consejo de Portugal. Estuvo unido a la Monarquía hispánica hasta la crisis de 1640.

8.3. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI: EL MODELO POLÍTICO DE LOS AUSTRIAS. LA UNIÓN DE REINOS.
La monarquía de los Habsburgo, hispánica con Felipe II, estaba constituida por un conjunto de reinos y territorios dispersos, alguno de ellos con un alto grado de autonomía (Instituciones y leyes propias) y con escasa relación entre si. Castilla era el territorio más poblado y rico y ofrecía al rey mayores posibilidades para un gobierno tendente al absolutismo. Por tanto, el modelo político establecido por los Austrias era una monarquía multinacional descentralizada y bajo la primacía de la Corona de Castilla: era la unión de reinos.
Los Habsburgo desarrollaron un modelo consiliar de gobierno – basado en los Consejos – puesto en marcha por los Reyes Católicos.
Los Consejos tenían dos funciones: elevar informes o consultas al rey y resolver los asuntos de su competencia. Estos Consejos eran de dos tipos:
Temáticos: Estado, Hacienda, Inquisición, Órdenes, Cruzada, Guerra y Cámara.
Territoriales: Castilla – este Consejo estaba por encima del resto y era el Tribunal Supremo de Justicia – Aragón, Navarra, Flandes y Borgoña, Italia y Portugal.
Cada territorio mantuvo sus instituciones, aunque éstas eran similares en todos ellos:
Virrey. Suplía al rey en los territorios no castellanos
Cortes. Mantuvieron la mismo estructura y funciones que en la Edad Media. Las de Navarra y las de la Corona de Aragón eran pactistas y tenían más relevancia.
Chancillerías y las Audiencias . Fueron tribunales superiores de justicia de cada territorio.
La administración local se mantuvo igual que en tiempos de los Reyes Católicos:
En Castilla fue controlada por la oligarquía y los corregidores reales. En la Corona de Aragón se extendió el modelo catalán de la insaculación , que evitó las disputas por el poder municipal. Los municipios bajo jurisdicción señorial se rigieron por las leyes de realengo. Sus vasallos podían apelar a la Audiencia contra las sentencias de los tribunales señoriales.
En 1561 Felipe II trasladó la capital de España a Madrid.

8.4. ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI.

Durante el siglo XVI aumentó la población, siendo más numerosa en Castilla que en Aragón. A finales de siglo la población era de 8.000.000 de personas.
El reinado de Carlos I fue de crecimiento económico debido al comercio indiano y a la exportación de lana, sin embargo, el fenómeno conocido como la revolución de los precios provocó que los salarios no subieron al mismo ritmo que las mercancías, lo que empobreció a las clases populares. La principal causa de este fenómeno fue la llegada masiva de metales preciosos desde América.
Todas las regiones aumentaron su riqueza, pero no Cataluña, en decadencia como resultado de la crisis económica de la Baja Edad Media.
Con Felipe II se evidenciaron los primeros síntomas de crisis. Los motivos fueron:
El coste de las guerras.
El endeudamiento de la Corona – que se declaró en bancarrota en varias ocasiones.
El escaso desarrollo de la agricultura y de la industria.
El ambiente de lujo y ocio de los más ricos.
SOCIEDAD
En la sociedad se distinguían los siguientes grupos:
Nobleza. La alta nobleza era propietaria de latifundios y estaba asentada en la Corte; la pequeña nobleza se arruinó por culpa de la inflación y por una mentalidad que despreciaba el trabajo manual, sus opciones eran o ingresar en el ejército o emigraban a América.
Clero. Los altos cargos de la Iglesia eran ocupados por los segundones de la nobleza y disponían de buenas rentas. El bajo clero era pobre y carecía de cultura.
Burguesía. Era escasa porque la artesanía y el comercio estuvieron controlados por extranjeros. Los burgueses optaron por inversiones seguras y la compra de tierras, vinculándose al comercio y la banca.
Campesinos y trabajadores urbanos. Fueron los más perjudicados por la política fiscal y económica de la Monarquía. Los campesinos eran la inmensa mayoría de la población y podían estar sometidos a la jurisdicción del rey, de la nobleza o de la Iglesia.

8.5. CULTURA Y MENTALIDADES EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI. LA INQUISICIÓN. CULTURA Y MENTALIDADES.

Durante el reinado de Carlos I llegaron ideas erasmistas y renacentistas que enriquecieron el marco cultural español, sin embargo el auge de las ideas protestantes lideradas por Lutero y Calvino provocó, paulatinamente, que la Iglesia y la Corona reaccionaron frente a cualquier manifestación intelectual que defendiera la libertad de pensamiento. Felipe II en 1559 prohibió a los castellanos estudiar en el extranjero – excepto en Roma, Bolonia y Coimbra – y la publicación de libros peligrosos para la fe católica. Esto provocó que España se retrasase en el conocimiento científico, excepto en geografía.
Sin embargo, algunas actividades destacables fueron:
Derecho internacional (Francisco de Vitoria y Bartolomé de las Casas.) Economía (Escuela de Salamanca) Bellas artes (Juan de Herrera en arquitectura – el Escorial- , el Greco en pintura –
el entierro del señor de Orgaz, el caballero de la mano en el pecho – y la escuela de Valladolid en escultura – Alonso de Berruguete- retablo de San Benito -)
Literatura (San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús).
En la sociedad española dominaban los valores aristocráticos y religiosos, que se basaban en el orgullo del cristiano viejo y del hidalgo que, aunque empobrecido, despreciaba el trabajo manual, los negocios mercantiles y consideraban impropio el espíritu de lucro. Esta mentalidad tuvo un efecto negativo en la economía.
La Inquisición
La Iglesia era muy poderosa e inmovilista y controlaba al enseñanza. Poseía además una sexta parte de las tierras y el número de clérigos era de unos 100.000.
La intolerancia religiosa iniciada por los Reyes Católicos se prolongó y acentuó en el siglo XVI.
La ortodoxia católica se impuso y recibió el apoyo de la Corona a través del la Inquisición o Santo Oficio, única institución común a todos los reinos.
La Inquisición detenía y juzgaba a los sospechosos de judaizar y de herejía. Los estatutos de limpieza de sangre se utilizaron contra los descendientes de judíos conversos y para impedirles ocupar cargos en la Administración, en la Iglesia y en el ejército.

9.1. LOS AUSTRIAS DEL SIGLO XVII. GOBIERNO DE VALIDOS Y CONFLICTOS INTERNOS

Los reyes del siglo XVII delegaban las labores de gobierno en personas de su confianza conocidos como validos. Los validos actuaron al margen de los órganos de gobierno y algunos utilizaron el cargo para enriquecerse y favorecer a sus allegados. La alta nobleza y los letrados , desplazados del poder, encabezaron la oposición a estos.

Felipe III (1598-1621).
Tuvo como valido principal al duque de Lerma, quien llevó a cabo una política pacifista motivada por la crisis económica. El principal conflicto interno durante el reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos (1609). No se integraban con el resto de la población y existían graves tensiones con los cristianos viejos. Con ello quería evitar su posible apoyo a los turcos y a los piratas berberiscos, enemigos de la monarquía hispánica. Las consecuencias económicas y sociales fueron nefastas: se perdieron 300.000 habitantes (extraordinaria mano de obra en artesanía y agricultura.) Le sustituyó el duque de Uceda.
Felipe IV (1621-1666)
Tuvo como valido al conde-duque de Olivares, cuya ambiciosa política de prestigio internacional (Guerra de los 30 Años) y de reformas internas (Unión de Armas) provocó la crisis de 1640 y la pérdida de la hegemonía en Europa. Felipe IV hubo de afrontar los problemas de la Unión de Armas (1625), proyecto de la Monarquía unitaria, la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), así como la rebelión catalana, la independencia de Portugal y revueltas menores en Vizcaya, Andalucía y Sicilia, a causa de la presión fiscal y las intrigas de Francia. Los proyectos de Olivares no pudieron realizarse, y finalmente, fue sustituido por D. Luis de Haro.
Carlos II (1666-1700).
Su juventud, primeramente, (fue coronado rey a los 4 años) y después su delicada salud complicaron la tarea de gobierno, que fue delegada a numerosos validos, como su hermanastro, Juan José de Austria, o el jesuita Nithard, quienes no pudieron evitar la decadencia de la Monarquía hispánica en la escena internacional. El problema sucesorio de Carlos II acentuó la inestabilidad política y las conspiraciones por establecerle un heredero, finalmente por su último valido, el cardenal Portocarrero, decidió dejar en su testamento a Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV de Francia), lo que supuso la llegada de los Borbones a España.

9.2. LA CRISIS DE 1640.

Las necesidades financieras creadas por la Guerra de los Treinta Años obligaron al Conde-Duque de Olivares a aplazar las reformas y recurrir a medidas de urgencia que agravaron aún más la crisis social y económica de España (sobre todo de Castilla). Y en consecuencia el descontento social y la oposición política a Olivares se generalizaron.

Los reinos periféricos ( Portugal, Aragón, Valencia, Cataluña...) rechazaron las pretensiones unitarias y centralistas de Olivares. La alta nobleza se quejaba por el escaso protagonismo debido al autoritarismo del valido. Las clases populares denunciaban su agotamiento económico por la presión fiscal que sufrían. Los conflictos y las protestas fueron constantes y se formaron rebeliones en todas partes (Vizcaya, Cataluña, Portugal, Andalucía, Nápoles, Sicilia...)

El momento más crítico fue el de “1640” por las rebeliones independentistas de Portugal y Cataluña. Felipe IV cesó al valido en 1643 pero los problemas aún no habían terminado.

La rebelión de Cataluña (1640-1652).

La causa inmediata fueron los desmanes sobre la población del ejército castellano e italiano en el frente catalán durante la guerra con Francia. Los enfrentamientos de campesinos catalanes y soldados se extendieron a Barcelona, donde los rebeldes (vestidos de campesinos –segadores -) inician un motín y asesinan al virrey. Era la festividad del C. Christi de ahí el nombre de Corpus de Sangre de 1640. En realidad era una revuelta anticentralista y contra la política de Olivares. Cataluña nombró conde de Barcelona a Luis XIII de Francia. Pero la crisis económica, un brote de peste, la opresión francesa y la guerra provocaron la rendición catalana. Las tropas de Felipe IV, al mando de su hijo ilegítimo entraron en Barcelona respetando los fueros. El ejército real estaba mandado por el hijo natural de Felipe IV don Juan José de Austria.

Rebelión e independencia de Portugal (1640-1668 )

La sociedad portuguesa consideraba que la unión con España le reportaba más inconvenientes que ventajas. Los enemigos de España le atacaban y esta era incapaz de defenderlos. La rebelión portuguesa tuvo, pues, un carácter nobiliario, anticastellano e independentista. Los portugueses proclaman rey al duque de Braganza con el nombre de Juan IV. Felipe IV y Olivares habían concentrado su atención más en la guerra contra Francia y en Cataluña, pensaban que recuperar a Portugal sería más fácil. No sería así. Con el apoyo de Francia y de Inglaterra Portugal alcanzaría su independencia en 1668, bajo el reinado de Carlos II.

9.3. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII : EL OCASO DEL IMPERIO ESPAÑOL EN EUROPA.

A lo largo del siglo XVII España perdió su hegemonía en Europa y se convirtió en una potencia de segundo orden.
Felipe III, forzado por la crisis económica, siguió una política pacifista, conocida como Pax hispánica. Firmó la paz con Inglaterra (Tratado de Londres, 1604), y la Tregua de los Doce Años (1609) con las Provincias Unidas – en la actualidad Paises Bajos - , que reconocía una gran autonomía política.
Felipe IV participó en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Se alió con Austria en defensa del catolicismo frente a los países protestantes. Francia entró en la guerra para evitar el triunfo de los Habsburgo, sucediéndose las derrotas españolas (Las Dunas 1639 y Rocroi (1643). La Paz de Westfalia (1648) puso fin a la Guerra de los Treinta Años y reconoció la independencia de las Provincias Unidas. Bélgica –católica –quedó unida a España.
La guerra continuó con Francia hasta la firma de la Paz de los Pirineos (1659). Por este tratado España cedía el Rosellón y Cerdaña a Francia y se acordaba la boda de la infanta María Teresa con Luis XIV de Francia. Lo que propiciaría la futura llegada de los Borbones a España en el siglo XVIII. Era el declive de la Monarquía española, la pérdida de la hegemonía a favor de Francia.
Carlos II. Durante su reinado España cedió a Francia el Franco Condado y diversas ciudades fronterizas en los Países Bajos. España, perdida su hegemonía, pasa a ser potencia de segundo orden. Aunque a la muerte de Carlos II aun seguía conservando territorios en Europa: La parte sur de los Países Bajos (la actual Bélgica, el Milanesado, Nápoles, Sicilia y Cerdeña).

9.4. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII : EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL.

El siglo XVII fue una etapa de crisis económica en Europa y en España (Holanda e Inglaterra no la tuvieron debido a su comercio), debido entre otras cosas a la Guerra de los 30 años. En los reinos hispánicos existió también un importante descenso demográfico, ya que de ocho millones de habitantes en 1600; pasó a siete en 1700. La Expulsión de los moriscos (300.000 personas ), la emigración a América, y el aumento de la mortalidad, debido a guerras y epidemias fueron las principales causas.

Durante el siglo XVII, hasta la década de 1680, España sufrió una gran crisis económica, que además de lo dicho, tuvo causa principal en la política exterior, que absorbió los ingresos ordinarios – metales americanos, impuestos tradicionales - obligando a recurrir a medidas extraordinarias como el aumento de la presión fiscal o la devaluación de la moneda.
La producción agrícola disminuyó por las malas cosechas, favoreciendo las hambrunas. También disminuyó la ganadería bovina y ovina (La Mesta). El descenso de la población provocó una caída de la demanda que afectó también a la artesanía y al comercio. (Crisis de la industria textil catalana).
Los prejuicios sociales de las clases adineradas – visión negativa del trabajo – perjudicaron el desarrollo económico. El comercio estaba dominado por extranjeros. El atraso tecnológico respecto a Europa hizo necesario recurrir a importaciones.
Con la crisis económica aumentó el peso social de los grupos improductivos – nobles, clérigos, mendigos – frente a los productivos – campesinos, artesanos, comerciantes.
La nobleza incrementó la presión fiscal sobre los campesinos. Las clases populares se empobrecieron notablemente. Muchas personas ingresaron en la Iglesia para evitar el hambre y el alistamiento militar. La burguesía siempre fue escasa y con la crisis prácticamente se extinguio.

9.5. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII: ESPLENDOR CULTURAL. EL SIGLO DE ORO.

La crisis política y económica de España en el siglo XVII contrasta con su esplendor artístico y cultural, conocido como Siglo de Oro. A su vez, el esplendor artístico contrasta con la crisis de la investigación y de la ciencia, que agravó el atraso tecnológico español. Se debió sobre todo a la rigidez del espíritu contra-reformista, que provocó también un descenso del número de estudiantes universitarios. El estilo artístico destacado durante el siglo XVII fue el Barroco.
Rasgos generales definitorios de la cultura barroca

  • Propagandística de la monarquía y de la Iglesia, de su infalibilidad y de su derecho divino.
  • Conservadora de los valores de la Iglesia y de la monarquía para mantener inalterable el orden social establecido.
  • Dirigida a las masas para captar la voluntad del pueblo a favor de los poderosos y evitar que su malestar se canalizara hacia la rebelión o la protesta.
  • Aparatosa y emocional. Al dirigirse al pueblo de escasa cultura, el mensaje debía ser sencillo en su contenido pero fastuoso en sus formas para impactar y conmover.


El arte barroco en arquitectura, pintura y escultura, fue principalmente un arte religioso. La preeminencia de lo religioso se explica no sólo por la lucha emprendida a favor del catolicismo sino también porque obedecía a las exigencias de los mecenas, fundamentalmente la Iglesia, la monarquía y la nobleza, que contrataban los servicios de los artistas.
La arquitectura barroca española floreció especialmente en los edificios religiosos, pero también en los civiles ( palacios, plazas...) con arquitectos e ingenieros como Pedro Ribera o la familia Churriguera. La escultura barroca en España se caracterizó por el dramatismo y el realismo de las figuras, con artistas como Gregorio Fernández, Juan Martínez Montañés, Alonso Cano y Pedro de Mena, maestros de la imaginería religiosa policromada (hoy muchas de estas obras pasos procesionales). Este arte fue trasvasado a América donde, al amalgamarse con las formas autóctonas indígenas, creó un arte colonial original y de extraordinario valor.
La pintura alcanzó su cumbre con genios de la talla de José Ribera, Bartolomé Esteban Murillo y Francisco Zurbarán que se mueven entre el tenebrismo, el naturalismo y una profunda espiritualidad. Destaca el más universal de nuestros pintores del Barroco, Diego Velázquez, que trabajó en la corte de Felipe IV. Su pincelada suelta, el dominio del color y de la luz (se anticipa al impresionismo, y consigue la perspectiva aérea) y sus complejas composiciones otorgan a sus cuadros la categoría de obras maestras . De sus inicios sevillanos destacan sus pinturas de género (el aguador, la vieja friendo huevos....), de su etapa en la corte (sus retratos: Felipe IV, el Conde-Duque a caballo, el príncipe Baltasar Carlos, la infanta Margarita, los retratos de bufones; la rendición de Breda o las lanzas, las Meninas, Las Hilanderas...) .
Mención aparte de la literatura que encumbró el castellano como lengua universal (Cervantes, Quevedo, Góngora, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina).

10.1. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII : LA GUERRA DE SUCESIÓN Y EL SISTEMA DE UTRECHT.

La Guerra de Secesión se origina por la disputa al trono de España entre Felipe de Anjou (futuro Felipe V, de la dinastía de los Borbones ) y el archiduque Carlos de Austria.
En 1700 Carlos II, rey de España, muere sin descendencia y en su testamento nombra heredero al trono a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Con ello una España débil quedaba vinculada a la primera potencia, Francia.
Sin embargo, el archiduque Carlos de Austria no acepta el testamento y reclama sus derechos al trono de España.
En 1701 Felipe de Anjou es proclamado rey de España sin renunciar a los derechos al trono de Francia. Esto suponía un peligro para los países europeos, porque cabía la posibilidad de la unión de Francia y España bajo una misma corona.
Los países europeos se dividen en dos corrientes:
Inglaterra, Austria, Países Bajos, Prusia, Saboya, Portugal y la Corona de Aragón, temerosos de la creación de un bloque franco-español, apoyan al archiduque Carlos.
Francia y Castilla apoyan a Felipe de Anjou.
Comienza así, en 1701, la Guerra de Sucesión que fue un conflicto civil en España (la Corona de Aragón apoya al archiduque Carlos pues les respetaría su organización política descentralizada – sus fueros - y un conflicto europeo o guerra internacional.
En Europa no hubo un vencedor claro. En España fue favorable a Felipe de Anjou, ya que en 1711 el Archiduque Carlos es elegido emperador sin renunciar al trono de España. Esto planteaba una amenaza para Europa: la recreación del antiguo bloque hispano-alemán de Carlos V, por lo que Inglaterra presionó para que se firmara la paz.
La paz de Utrecht (1713) puso fin a la Guerra de Sucesión y para España supusó la pérdida de todas sus posesiones en Europa, Inglaterra fue la gran beneficiada ya que se la concedió Gibraltar, Menorca y los privilegios económicos del Navío de Permiso y el Asiento de Negros en América.
Otras concesiones:
A favor de Austria: Los Países Bajos (católicos), el Milanesado, Nápoles y Cerdeña.
A favor de Saboya : Sicilia. Posteriormente Austria y Saboya se intercambiaron Sicilia y Cerdeña.


10.2. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII: CAMBIO DINÁSTICO. LOS PRIMEROS BORBÓNES.

LOS PRIMEROS BORBONES

Desde la perspectiva de la política interna española, la Guerra de Sucesión supuso ya el fortalecimiento de la monarquía absoluta. La nueva dinastía reinante en España era francesa, así como los miembros del Gobierno que asesoraron a Felipe V durante la guerra. Como consecuencia, en España se impuso el modelo del absolutismo francés.
FELIPE V (1700-1746) al principio, empleó validos extranjeros ; tras sus fracasos en la política exterior los sustituyó por una burocracia española absolutista y reformista, que, a su vez, formaron la primera generación de funcionarios reformistas. En política interior crea las secretarias de Estado, precedente de los actuales ministerios e impone a Aragón los Decretos de Nueva Planta. En política económica pone en marcha las primeras manufacturas reales. En política exterior se alinea con Francia tras la firma de los primeros Pactos de Familia en 1733 y 1743. Por el Tratado de Viena de 1738, Felipe V obtiene Nápoles y Sicilia para su hijo el infante don Carlos, futuro Carlos III.


FERNANDO VI (1746-1759) tras la muerte de Felipe V, su hijo y sucesor tampoco intervino en el Gobierno, sino que dejó actuar a la siguiente generación de funcionarios reformistas y absolutistas: donde destaca sobretodo, el marqués de la Ensenada, el político español más importante de la primera mitad del siglo XVIII.
En política económica destaca su proyecto de Catastro de Ensenada: objetivo: sustituir los impuestos existentes por una única contribución proporcional a la riqueza . La oposición de los privilegiados , por temor a perder sus ventajas fiscales, hizo fracasar el proyecto. (solo se aplicó en Cataluña.). En política cultural se fundó la Academia de Bellas Artes de San Fernando (1752).
En política exterior: neutralidad frente a Francia e Inglaterra. Concordato en 1753.
Estos políticos ilustrados procedían, por lo general, de la baja nobleza y dependían totalmente del favor del monarca y de sus partidarios en la corte. Sus reformas tuvieron como finalidad:

1. Consolidar el poder absoluto de la monarquía a través de una política centralizadora.
2. El control de la Iglesia y el intervensionismo en la economía.

10.3. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII: REFORMAS EN LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO. LA MONARQUÍA CENTRALISTA.

La dinastía de los Borbones, con Felipe V (1700-1746), primer rey de la misma, introduce nuevas fórmulas políticas e institucionales junto a importantes reformas respecto a la monarquía anterior de los Austrias.
La monarquía absoluta :
Los Borbones desarrollaron un proceso de fortalecimiento de la monarquía (absoluta y centralizada). Creían en el origen divino del poder. El rey debe concentrar todos los poderes del Estado (ejecutivo, judicial y legislativo). El rey no debe dar cuentas de sus actos. Felipe V se titula, por primera vez, rey de España . Se introduce la ley sálica. (exclusión de las mujeres del poder). Centralización del Estado. (monarquía centralizada)

La Corona de Aragón (que apoyó al Archiduque Carlos) perdió sus instituciones propias (fueros y privilegios), mediante los Decretos de Nueva Planta. Navarra y las provincias vascas, fieles al rey, mantuvieron sus fueros. El Gobierno se centralizó extendiéndose las leyes de Castilla (el reino más extenso y poblado). Las Cortes de Castilla se convirtieron en Cortes de España, al enviar alli sus diputados las cortes de Aragón. Pero las Cortes pierden atribuciones en una monarquía absoluta, se reúnen solo a petición del monarca para jurar al heredero.

La administración central
Fue reorganizada. Se sustituyeron los Consejos, a excepción del de Castilla, por Secretarias de Despacho (futuros ministerios) : Hacienda, Marina, Guerra, Justicia, Indias y Estado (política exterior).Los ministros o secretarios eran nombrados por el rey, ejercían el gobierno por delegación suya. Fueron los artífices de las reformas emprendidas en este siglo.
Administración provincial
Se consiguió mediante la división del territorio español en provincias, (se eliminan los virreinatos en la península, pero se mantienen en América. Esta división provincial es la base de la actual), cuyo gobierno recaía en un capitán general-que sustituye a los antiguos virreyes- (autoridad política , militar y judicial), una Audiencia (tribunal de justicia, presidida por el capitán general) y un intendente (nuevos funcionarios de inspiración francesa, con amplios poderes que controlaban y vigilaban a las autoridades locales así como los intereses de la monarquía y el desarrollo económico y social de las provincias, recaudaban impuestos y llevaban la dinamización económica del país). Para el gobierno de las principales ciudades se generalizó la institución castellana de los corregidores. El rey siempre imponía las normas a seguir.
Reforma de la Hacienda
Aunque con oposición de los estamentos privilegiados. Se creó un fondo común que reunía los fondos del Estado, era dirigido por el Ministro de Hacienda. Fue Ensenada quién elaboró un catastro para inventariar las propiedades y riquezas del país (así cada español pagaría a Hacienda según su riqueza se aplicó solo en Cataluña).

10.4. LA PRÁCTICA DEL DESPOTISMO ILUSTRADO : CARLOS III.

Carlos III (1759-1788) accedió al trono español al morir su hermanastro Fernando VI sin descendencia directa. El monarca ya había gobernado en el reino de Nápoles (1734-1759) y había entrado en contacto con las ideas ilustradas.

El despotismo ilustrado une la monarquía absoluta a los principios de la Ilustración. Supone un compromiso entre tradición y reforma. El rey es depositario exclusivo del poder, pero debe ejercerlo en beneficio de sus súbditos. Lema del despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
Para llevar adelante su programa Carlos III contó con una serie de ministros y colaboradores españoles : Campomanes, Floridablanca, Aranda. Junto a ellos otros ilustrados como Olavide, Cabarrús, Jovellanos.
Algunas de las medidas ilustradas de Carlos III (1759-1788) fueron:
  • Mejoras para favorecer la comunicación y el comercio, por ejemplo acabó el monopolio de Sevilla para comerciar con América, cualquier ciudad portuaria española pudo hacerlo.
  • Ayudas al desarrollo de la industria privada (textil castellana y catalana ) y pública. (las manufacturas reales, para suministrar artículos de lujo a los palacios con tapices, vidrios, porcelanas, etc.)
  • Moderación de la política impositiva, con el objetivo de fomentar la producción y limitar el gasto público. Se creó el Banco de San Carlos, precedente del Banco de España.
  • Se protegieron las Sociedades Económicas de Amigos del País. cuya finalidad era difundir las nuevas ideas y conocimientos científicos y técnicos de la Ilustración.
  • Se impulsó la obligatoriedad y la gratuidad de la educación primaria, y se crearon las escuelas de artes y oficios (enseñanza gratuita, obligatoria hasta una determinada edad y a cargo del Estado.)
  • Como consecuencia de la fisiocracia (teoría que valoraba la agricultura frente al comercio e industria) se empieza a atacar el mayorazgo y la concentración de la propiedad; se dan las primeras desamortizaciones. Se aumentaron las superficies de cultivo con la Colonización de Sierra Morena.(Ley Agraria de Campomanes y Expediente sobre la Ley Agraria : Jovellanos ).El problema de la tierra en España sería causa de muchos y muy graves problemas posteriormente.
  • Medidas de saneamiento y orden público: tomadas por el ministro Esquilache: limpieza urbana, alcantarillado, empedrado, alumbrado y prohibición de los juegos de azar y del uso de armas, así como de utilizar sombreros chambergos y capas largas.

La nobleza por tanto se subordina a la monarquía; no pierde su poder económico aunque perjudicados junto al clero pues veían cómo las reformas ilustradas reducían su poder e influencia, es por lo que provocaron un gran revuelta popular en Madrid y provincias, el llamado Motín de Esquilache. (1766). Las relaciones con la Iglesia son tensas por la política regalista de la Corona. Una consecuencia de ello será la expulsión de los Jesuitas (1776) por oponerse a las reformas y el cuarto voto de obediencia al Papa.

10.5 LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII : EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR EN EUROPA.

La política exterior de los Borbones se basó : 1. En la alianza y amistad con Francia 2. En la constante rivalidad con Inglaterra (que deseaba controlar América)

Felipe V (1700-1746) : No aceptará de buen grado las pérdidas españolas en el tratado de Utrecht-Rastadt e, impulsado por su segunda esposa Isabel de Farnesio, intentará recuperar la influencia en Italia. Para ello buscará la alianza con Francia (Pactos de Familia –firmará los dos primeros) e intervendrá en varias guerras europeas, mediante las que conseguirá el reino de Nápoles para su hijo Carlos (futuro Carlos III) en 1734 y los ducados de Parma, Plasencia y Guastalla para el infante Felipe.

Fernando VI (1746-1759) : Su reinado supuso una época de neutralidad en política exterior. Triunfaron las ideas pacifistas. Neutralidad no significaba debilidad. Fernando VI construyó una poderosa flota de guerra (conjuntamente con el ejército) para proteger los intereses españoles en América, cuya administración se mejoró, lo mismo que las comunicaciones. También se dedicó a la recuperación interna de España. Dirigió la política exterior , el Marqués de la Ensenada (francófilo) y don José de Carvajal y Láncaster (partidario de la alianza inglesa) ambas tendencias se neutralizaron.

Carlos III (1759-1788) : La alianza con Francia y la rivalidad con Inglaterra dominan su reinado. Firma el tercer pacto de Familia con Francia para participar en la guerra de los Siete Años (1756-1763), para proteger los intereses españoles en América contra Inglaterra y Portugal. La paz de París (1763) supuso para España la pérdida de la península de La Florida y la colonia de Sacramento y para Francia la de todos sus territorios en América. (y en) La guerra de independencia de los USA, en ambas España tiene como aliado a Francia contra Inglaterra. Por la paz de París (1783) España recupera La Florida, Menorca , pero no así Gibraltar.

Carlos IV (1788-1808) : Llega al trono un año después de estallar la revolución francesa. Su reinado se caracteriza por las dudas y vacilaciones, sobre todo en política exterior. Abandonó los asuntos de Estado en manos del ambicioso Manuel Godoy. Tras ser decapitado Luis XVI, su primo, rompe el pacto con la Francia revolucionaria y junto a Inglaterra y otros países europeos participa en la guerra de La Convención (1793-95). Por la Paz de Basilea los franceses abandonan España y ésta cede a Francia la parte oriental de Santo Domingo (hoy Haití). Posteriormente, la eterna rivalidad con Inglaterra, obliga a Godoy, a rehacer la alianza con el Directorio (etapa moderada de la revolución) y posteriormente con Napoleón (Tratado de San Ildefonso 1796 ). Esta alianza conduce a la derrota de la armada hispano francesa en Trafalgar-1805- frente a la británica, y permite la entrada y ocupación de España por las tropas napoleónicas en 1808 bajo pretexto de ocupar Portugal. (tratado de Fontainebleau 1807 ).


10.6. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII: LA POLÍTICA BORBÓNICA EN AMÉRICA.

A principios del siglo XVIII, después de haber perdido sus posesiones europeas – según el Tratado de Utrecht -, España concentró todos sus esfuerzos en el control territorial de América, que le permitía aumentar el comercio para regenerar la economía.
El principal obstáculo para el desarrollo del comercio y las manufacturas españolas era Inglaterra, por dos motivos: su expansionismo en América, que amenazaba la integridad del Imperio y el Navío de Permiso, que encubría un aumento del contrabando comercial.
Para hacer frente a este problema, los Borbones tomaron las siguientes medidas:
Creación de una marina comercial y de guerra. Firma con Francia de los Pactos de Familia. Establecimiento de la libertad comercial, que permitía comerciar con América a cualquier
español desde cualquier puerto – Decreto de libre comercio - , 1765. Como consecuencia, América atravesó un período de prosperidad, que se relejó en varios aspectos:

  • Espectacular crecimiento de la población , que pasó de 11 a 16 millones de habitantes.
  • Incremento del tráfico mercantil con España: importación de manufacturas y exportación de materias primas – solo disminuyó la llegada de metales preciosos por el agotamiento de las minas.
  • Desarrollo intelectual – creación de universidades , viajes científicos.

Sin embargo, a finales de siglo XVIII nos encontramos con un periodo de crisis por las siguientes causas:

  • Hundimiento del comercio con América debido a la incapacidad de España para abastecer a este continente: primero por el bloqueo de Inglaterra a causa de la alianza de España con la Francia de Napoleón y, después, por la invasión francesa y la Guerra de la Independencia.
  • Insatisfacción de los criollos con la política de los Borbones por :
  • Mantenimiento del monopolio comercial: tenían que vender sus materias primas a España a bajo precio, comprándole las manufacturas a un alto coste y no podían desarrollar las suyas propias.
  • Incremento del control del gobierno colonial: la Corona limitó al autonomía e influencia política de los criollos nombrando directamente los altos cargos y creando nuevas intendencias – Caracas, Río de la Plata, Perú, México.
Otras novedades introducidas por los Borbones:
Consejo de Indias pierde competencias a favor de la Secretaría de Indias. Casa de la Contratación se disuelve desaparecido el monopolio comercial. Nuevos virreinatos (Nueva Granada y Río de la Plata). Creación de un ejército regular americano.
Creación de los visitadores (inspectores reales ) y los juicios de residencia.
Creación de compañías privilegiadas comerciales y monopolísticas: Compañía Guipuzcoana de Caracas (monopolio de comercio en Venezuela )


10.7 LA ILUSTRACIÓN EN ESPAÑA
Hasta fines del siglo XVII la religión había sido la base del pensamiento; se imponen en el siglo XVIII el racionalismo (Descartes) y el método científico (Newton) como teorías predominantes: los fundamentos de la Ilustración, filosofía que se desarrolla durante el siglo XVIII, llamado también siglo de las “luces o de la razón”. Las ideas principales de la Ilustración son las siguientes:
  • La razón es la base del conocimiento.
  • El hombre debe aspirar a la felicidad, que se alcanza por le bienestar material y la libertad.
  • La sociedad debe encaminarse hacia el progreso indefinido, fruto de la educación y el desarrollo económico.
  • El pensamiento ilustrado se manifiesta en teorías económicas y políticas.
La Ilustración en España
La introducción y difusión de las nuevas ideas ilustradas en España fue lenta y difícil. La ausencia de amplios grupos burgueses, el anquilosamiento y conservadurismo de los medios intelectuales universitarios y el enorme peso de la Iglesia obstaculizaron la difusión hasta la segunda mitad del siglo XVIII. A partir de 1750-1760 surgió un generación de pensadores (Jovellanos, Olavide, Campomanes, etc.), no formaban un grupo homogéneo, pero coincidían en el interés por la ciencia, el espíritu crítico y la idea de progreso. Aunque con varios decenios de retraso respecto a algunos países europeos, en esencia se expandieron los mismos principios y se intentaron parecidas reformas.
Las ideas de la Ilustración calaron en una minoría de intelectuales españoles pertenecientes a la baja nobleza y a la burguesía. El principal obstáculo a su difusión fue el fanatismo religioso y el temor a la Inquisición. La preocupación básica de los ilustrados era encontrar soluciones a la decadencia española. Para ello propugnaban:
  • Una reforma del sistema educativo, defendiendo la necesidad de una enseñanza útil y práctica, primando el estudio de las ciencias; así como una educación obligatoria para todos los niveles, común a los dos sexos, y relacionada con el extranjero. Era la educación un objetivo prioritario
  • Una modernización de la economía. Preocupación básica. Todos ellos eran conscientes del atraso del país, y de que en gran parte provenía de la gran cantidad de tierras amortizadas en manos de la nobleza y el clero, así como del desconocimiento de las nuevas técnicas e inventos, aplicados ya en Inglaterra y en Holanda para desarrollar la industria. Carlos III impulsó las Sociedades Económicas de Amigos del País. cuya finalidad era difundir las nuevas ideas y conocimientos científicos y técnicos de la Ilustración.
  • Se impulsaron, bajo patronato real, las expediciones científicas y la creación de Academias – de la Lengua, de la Historia, de Bellas Artes.
  • La prensa, que nació en el siglo XVIII (El Pensador), y las tertulias de salón donde se reunían las personas cultas y en las que intercambiaban experiencias y noticias


Los ilustrados llegaron al poder en el reinado de Fernando VI y Carlos III y desplegaron una amplia política reformista. Constituían una minoría dentro del panorama español, pero de gran influencia y poder, destacando entre ellos el padre Feijoo, el padre Flórez y los políticos Campomanes, Floridablanca, Jovellanos, Olavide, Aranda. El naturalista Celestino Mutis, el químico Antonio Ulloa, el literato Leandro Fernández de Moratín.