lunes, 13 de abril de 2015

Stop Prejuicios

Stop Prejuicios

“A nuestra juventud le gusta el lujo, está mal educada, se burla de la autoridad y no respeta en absoluto a los ancianos. Nuestros hijos de hoy se han convertido en tiranos, no se ponen de pie cuando en una estancia entra una persona de edad, contradicen a sus padres. Hablando en plata: son muy malos”…
“He perdido toda esperanza en cuanto al futuro de nuestro país, si la juventud de hoy empuñara mañana las riendas del poder estaríamos perdidos. Pues esta juventud es insoportable, impulsiva, simplemente horrible”…
“El mundo en el que vivimos ha alcanzado una fase crítica. Los hijos ya no obedecen a sus padres. Por lo visto, el fin del mundo no está ya muy lejos”…
“Esta juventud está podrida hasta el fondo de su alma. Los jóvenes son pérfidos y negligentes. Nunca se parecerán a los jóvenes de otros tiempos. La joven generación de hoy no sabrá conservar nuestra cultura”…
Logotipo de Stop Prejuicios
Estas frases no parecen muy afortunadas.. ¿verdad? Es un tipo de frases que podemos escuchar en ocasiones de personas de distintos entornos, con distinta formación y con diferentes formas de ver la vida. Podemos haberlas leído incluso en medios de comunicación, en declaraciones de distintos individuos. No obstante, la primera frase la pronunció Sócrates, 450 años a. de C. La segunda frase es de Hesíodo, del 720 a. de C. La tercera se encontró en una tablilla mesopotámica de hace aproximadamente 3.000 años, y la última es de un escriba egipcio y tiene también más de 2.000 años de antigüedad… ¿Curioso, verdad? La conclusión a la que llegamos es clara: a lo largo de la Historia, la visión que los adultos han tenido sobre los jóvenes de su tiempo habitualmente no ha sido muy positiva. Cada generación tiende a pensar que sus descendientes están peor educados, son más cómodos, desobedientes y además perezosos. Y, como suele suceder, cada generación se equivoca al hacer estas afirmaciones.
Es cierto que generación tras generación observamos cómo se producen cambios significativos, pero no podemos concluir que estos cambios hayan tenido como consecuencia la “degeneración” de nuestra sociedad. Son las nuevas generaciones, siglo tras siglo, las que nos han hecho evolucionar como sociedad, las que han cambiado la percepción que tenemos sobre la guerra, sobre la esclavitud, sobre la igualdad de la mujer, sobre la libertad y sobre mil cuestiones más. Recordemos que durante milenios la guerra ha sido considerada un arte al que los poetas han dedicado versos. La esclavitud ha sido algo normal y asumido hasta hace apenas un siglo, y la igualdad de la mujer… hasta el pasado siglo XX ni tan siquiera las mujeres podían votar en la mayoría de los países y circunstancias. Y aun queda mucho por hacer, sin duda. No obstante, está claro que nuestra sociedad ha evolucionado y la humanidad no se ha extinguido.
Hoy en día observamos cómo los medios de comunicación, especialmente, se afanan en difundir noticias sobre los “ni-nis”, sobre el botellón, sobre los apuñalamientos a la salida de alguna discoteca, etc… Cuando se habla de accidentes se remarca la edad de los accidentados cuando son muy jóvenes, obviando que la mayoría de los accidentes los provocan personas mayores. Cuando se habla de nuestra relación con internet y las nuevas tecnologías es para hablar sobre el ciberbullying, la gente que queda con desconocidos y la adicción al móvil o a los videojuegos. Por razones diversas, en las que no vamos a entrar ahora, muchos adultos, así como medios de comunicación, tienden a centrar su atención en aspectos negativos de la vida de los más jóvenes. En problema es que además de centrar en tales aspectos su atención, los magnifican y los generalizan a continuación. Surgen así verdaderos prejuicios contra los jóvenes, en este caso, que carecen de fundamento real.
Respecto a esta cuestión, queremos dejar muy clara nuestra posición como jóvenes:
  • Los jóvenes somos muy distintos entre nosotros. Tenemos una gran variedad de formas de pensar, ideologías, creencias religiosas y no religiosas, formas de afrontar los problemas, de divertirnos, etc, etc. Es decir, exactamente igual que les sucede a los adultos: los hay más altos y menos altos, más trabajadores y menos trabajadores, más agresivos y menos agresivos, más responsables y más irresponsables, más solidarios y más egoístas, etc… Las generalizaciones sobre los jóvenes no son por tanto ni justas ni objetivas.
  • Los aspectos negativos que se remarcan al hablar sobre los jóvenes no son aplicables a la mayoría. Cuando se publica una noticia diciendo que “el 16% de los jóvenes visita o ha visitado páginas de contenido xenófobo o racista”, se está obviando una realidad, que es la siguiente: el “84% de los jóvenes no visita páginas con contenidos xenófobos o racistas”. Tampoco somos responsables de la mayor parte de los accidentes de tráfico, ni tampoco hay más jóvenes alcohólicos que adultos alcohólicos. Somos conscientes de que no pocos jóvenes llevan a cabo conductas reprobables, pero la inmensa mayoría rechazamos esas conductas. Los jóvenes cometemos errores y no somos perfectos, pero ni en mayor ni en menor medida que los adultos.
Para nosotros/as, los prejuicios contra los jóvenes no responden a una visión real y objetiva de lo que es la juventud de hoy en día. Son sólo eso: prejuicios. Es como tener prejuicios contra los adultos por el simple hecho de serlo. No tiene sentido, pero es una situación que existe y se reproduce generación tras generación. Por nuestra parte queremos utilizar los medios que hoy nos brindan internet y las nuevas tecnologías, para poner de manifiesto lo siguiente:
  1. Los jóvenes no somos ni mejores ni peores que el resto de las personas que conforman otros tramos de edad.
  2. Los jóvenes no debemos ser definidos con tanta frecuencia partiendo de afirmación, observaciones o noticias sistemáticamente negativas.
  3. Los jóvenes no somos ciudadanos de segunda. Tenemos derecho a expresarnos y a transmitir respetuosamente nuestras distintas perspectivas, opiniones y propuestas. Much@s no podemos votar, y con mucha frecuencia se toman decisiones que nos afectan directamente sin tener en cuenta nuestra opinión, sin tan siquiera pedírnosla.
Por todo lo anterior, hemos decidido que nuestra primera campaña tenga como objetivo lograr que la sociedad tenga una visión más objetiva de lo que somos los jóvenes y de lo que podemos aportar a la sociedad. Y, del mismo modo, poner de manifiesto lo que ya estamos aportando. Nuestra primera campaña lleva por título: STOP A LOS PREJUCIOS CONTRA LOS JÓVENES, y se plantea tres OBJETIVOS:
  • a) Utilizar las herramientas que internet y otros medios pongan a nuestro alcance para lanzar este mensaje.
  • b) Denunciar aquellas situaciones en las que tengamos la certeza de que se está discriminando a los jóvenes, o dañando su imagen ante el conjunto de la sociedad partiendo de informaciones o afirmaciones injustas y generalizadoras.
  • c) Mostrar los aspectos más normales y positivos de la juventud actual, y ponerlos de manifiesto ante el resto de la sociedad.
  • d) Reconocer y premiar a aquellos estamentos, medios, periodistas y/o personas que muestren ante la sociedad también los aspectos positivos que comparten la mayoría de los jóvenes de hoy.
En relación al último objetivo, convocamos el I PREMIO NACIONAL A LA INFORMACIÓN POSITIVA SOBRE LOS JOVENES. Tenéis toda la información al respecto en esta web, y podéis hacer todas vuestras propuestas en el correo: